
viernes, mayo 23, 2008
Todos con Mariano
Uno que se va a tomar unas merecidas vacaciones y que renunciará a esta bitácora por unos días, ha querido que su último post hasta la vuelta, el post de cabecera, sea el que signifique nuestro apoyo incondicional a la figura de don Mariano Rajoy Brey, líder-hasta-que-se-demuestre-lo-contrario-del-Partido Popular. En unas fechas tan difíciles para él no podemos sino expresar nuestra solidaridad y cariño. Porque entendemos que no es fácil poner de acuerdo a tantas personas de mirada aviesa y, sobre todo, porque sabemos que ser foco de las iras de P.J. y Fede es motivo de intranquilidad y desasosiego, nos sumamos a su causa, la de un político que tal vez nunca debió salir de su Santiago natal. Como encabeza la wikipedia: un político español. Como representante de una filiación de vida anárquica y disoluta, sin mayores aspiraciones que la de servir a su patria desde el hedonismo y la pachorra, hago público mi hermanamiento para con sus empeños. Desde aquí, Mariano, nuestro apoyo. Un abrazo.
Nos hemos permitido la licencia de diseñar esta chapa para lucir junto al corazón. En las próximas semanas y, antes las embestidas venideras, saldremos a la calle con unas camisetas que rezarán: “¿Por qué lo hacéis? Él no lo haría”, “Ánimo, Mariano”, “Todos somos Mariano”, “We Love Mariano”, “Mariano es nuestro jefe”... Se admiten sugerencias.

jueves, mayo 22, 2008
Tom Waits nos visita

martes, mayo 20, 2008
Nueva sección: El descanso del guerrero
Qué bien que ustedes los sufridos lectores de este blog cuenten con un nuevo servicio de consulta y aprendizaje. Se trata de una colección de lugares de hospedaje que hemos ido descubriendo durante nuestra viajada existencia a lo largo y ancho de la geografía patria, esto para empezar, de la geografía global, más delante.
En la barra de la derecha se irán añadiendo posadas, moteles, hostales, hotelitos y mansiones que nos han dado cobijo y que creemos merecen ser puestos en conocimiento de la plebe. Otros los dejaremos a buen recaudo en nuestro recuerdo y no los publicitaremos. Cada foto de estos establecimientos conduce directamente a la web del mismo, aunque puede que también en un futuro den pie a alguna galería fotográfica llevada a cabo por nuestro equipo de arte y confección.
Lo dicho, que lo disfruten con salud y piérdanse lo más posible sin dejar de visitarnos.

Lo dicho, que lo disfruten con salud y piérdanse lo más posible sin dejar de visitarnos.
lunes, mayo 19, 2008
La visión beat de la realidad

Vídeo sobre el libro.
miércoles, mayo 14, 2008
Rain In My Heart

Hace diez años yo seguía en el cubil familiar y recuerdo el día siguiente a la muerte de Frank Sinatra. Por entonces mi abuelo todavía vivía y periódicamente nos visitaba con su ABC bajo el brazo. La portada de aquel día era la más bonita del quiosco, eso sin duda. A toda página, Frank se despedía con traje y sombrero a su manera. En blanco y negro. Para siempre. Aún conservo aquella portada.
Rain In My Heart, el primer corte de Mi Razón de Vivir.
martes, mayo 13, 2008
Ya era hora
lunes, mayo 12, 2008
Pasado y futuro. Del presente, mejor no hablar
Por lo visto no sólo fue un escupitajo. El entrenador más caballero a salivazo limpio.
miércoles, mayo 07, 2008
¿Te gusta conducir?
Hay quien me tacha de Señor Coñazo por no saber apreciar las pequeñas cosas de la vida. No saben de lo que hablan. Hoy mismo he experimentado la felicidad, o una alta dosis de la misma, con el simple hecho de bajar la ventanilla y apretar unos minutos el pedal del acelerador. Vivo en Madrid, que conste, así que ¿cómo es posible? Ni idea, pero de vez en cuando parece que la ciudad se toma un respiro y reserva un par de carriles para que uno pueda disfrutar de su circuito privado. Por problemas alérgicos que no vienen al caso hacía tiempo que no podía bajar la ventanilla y sacar el brazo a pasear, sentir la brisa polucionada en mi cara y poner a tanta perfección banda sonora de road movie. En tiempos en los que coger un coche se convierte en una odisea, en los que te juegas el bolsillo y el pellejo, se nos olvida el puro placer de conducir. A velocidad moderada, al ralentí o a 120 km/h, esa no es la cuestión, pues no soy carne de Ferrari. La cuestión es llevar el coche a tus anchas, no tocar el embrague más que para desentumecer el gemelo y recorrer el volante como si fuera terciopelo. Un pequeño momento en el que nos reconforta el mundo que nos rodea. La clave está en el camino, no en el destino. Porque en el destino no hay sitio para aparcar.
Cosas que joden el placer de conducir:
- El tráfico.
- El precio de la gasolina.
- La compañía. A veces.
- El olor a moñiga. “Huele a campo”, diría alguno.
- La puta alergia que no me deja bajar la ventanilla y me obliga a enchufar el aire acondicionado.
- Los tocahuevos al volante. Mil casos y mil tipologías.
- Gallardón.
- La DGT.
- La Guardia Civil.

- El tráfico.
- El precio de la gasolina.
- La compañía. A veces.
- El olor a moñiga. “Huele a campo”, diría alguno.
- La puta alergia que no me deja bajar la ventanilla y me obliga a enchufar el aire acondicionado.
- Los tocahuevos al volante. Mil casos y mil tipologías.
- Gallardón.
- La DGT.
- La Guardia Civil.
martes, mayo 06, 2008
El penúltimo lametón

Ante mis dudas y prevenciones acerca del susodicho film, Shine a Light, decidí acudir al cine. Y encima en sesión mañanera, un horario poco rockero desde luego. No puedo decir que haya recorrido el mundo viendo a los Stones, pero por lo menos les he visto un par de veces, una en tropel, otra sin tantos apretones y con los protagonistas muy, muy cerca. Sin embargo, la borrachera acabó pronto, comprendí que a pesar del buen sonido y la escrupulosa profesionalidad de la banda, los mejores años del mejor grupo de rock&roll de la historia habían pasado. Aquello pertenecía a un compromiso con los patrocinadores, a unas giras dignas pero poco estimulantes y, sí, a un desafío más con el paso del tiempo. Comprendía el fervor de la marea de fans, y el desaire de otros tantos. Por ello, y en parte por mis sospechas corroboradas por una crítica desigual de la película, me daba pereza todo. Pero fui y me comí tales sospechas, incluso las que relativizaban el peso de este documental frente a The Last Waltz.
Peliculón, me repetía a mí mismo nada más salir. Peliculón. Para empezar, porque Scorsese borda un aspecto muy interesante: el de aislar acústicamente distintas piezas en el desarrollo de las canciones. Según le interesa, da más énfasis al duelo de guitarras, a la voz de Mick Jagger o incluso al coro. Resta visión de conjunto en ocasiones, despista un poco al principio, pero ilustra a la perfección el engranaje del sonido de los Stones de hoy en día y ayuda a confirmar su magnífico estado de forma. Bajo esta técnica difícilmente se podrían enmascarar posibles carencias de la banda. Todo queda al descubierto, por encima del director, los Rolling Stones. El documental agiganta la figura de Jagger como conductor total de los destinos del grupo –él es que manda, ¿quién demonios es Scorsese? ¿El de Toro qué? ¿Uno de los Nuestros? Bah- al tiempo que nos recompone el magnetismo de Keith Richards, su valor más simbólico y colosal. Los mejores planos son suyos: sonríe, escupe el cigarro, se comba sobre el escenario y el público –de casting, lo peor de la película-, se enfunda un gabán negro, canta como nunca. Más allá del bien y del mal, su papel es pura actitud, imagen de rock&roll sin aditivos, la pureza de un rostro que, como los más grandes, no es una cara, sino un mapa. La arruga es bella, amigos.

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