
Varios apuntes para el hombre modenno de hoy en día que huye del camping y el dominguerismo estival: Nueva York ya presentó su hotel
Standard y, lo que es más importante, sus huéspedes pueden pasearse por el lobby con un exclusivo bañador Quiksilver que puede ser adquirido
aquí pero cuyo lanzamiento corresponde a una
original iniciativa que ha llevado a la cadena hotelera a instalar una máquina expendedora de trajes de baño en la piscina del Standard Downtown LA.

El no va más de la hotelería boutique internacional, con varios hoteles en Los Ángeles y uno en Miami, y en manos del capo del negocio, su alteza
André Balazs, inauguró por fin un espectacular hotel en el distrito del Meatpacking (MePa), un barrio portuario antes poblado por prostitutas y clientela marinera de dudosa alcurnia pero que ahora rompe la pana en lo que modernidad
made in NYC se refiere. Un enorme libro abierto de cristal se sostiene sobre un par de pilares de hormigón que salvan otra de las sensaciones urbanas más recientes de la ciudad: la rehabilitación definitiva del
High Line, una vieja línea férrea de carga transformada en zona verde de diseño geométrico. El edificio, inspirado en la filosofía
Le Corbusier, parece flotar sobre las vías ahora sepultadas por la maleza del parque.
El suelo de uno de los locales del Standard de Nueva York está cubierto por miles de peniques de cobre.
Sí, es una señorita desnuda la que descansa tras el cristal de recepción del Standard Hollywood
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