jueves, diciembre 30, 2010
jueves, diciembre 23, 2010
Hoteles cárcel para encerrarse en Navidad
Qué bonita es la Navidad. Si me la encuentro por la calle, cometo un homicidio. Las vacaciones, los niños, la lluvia torrencial, Madrid, los atascos, Madrid, la alegría de la gente, el infierno. Bueno, pues para que no se diga que Repámpanos no tiene espíritu navideño, propone un plan alternativo para disfrutar de estas fechas tan señaladas. ¿Qué mejor que ingresar en prisión? Eso sí, sales cuando quieres. El check-out lo pones tú porque para eso es un hotel. Sí, queridos, hoy les ofrecemos una escapadita a un hotel-cárcel. Nuestro uniforme de rayas, nuestro brindis entre los barrotes, nuestras alambradas de espinos, nuestros muros gélidos de piedra... Una estancia a todo confort donde no falta ni un solo detalle.
Podemos empezar en Estocolmo, en el Hotel Langholmen, o en las celdas del Hostel Celica, en Ljubijana. Los más osados querrán viajar hasta The Liberty Hotel, una antigua cárcel de máxima seguridad en Boston reconvertida en hotel de diseño, o hasta The Old Jail, una prisión estatal en Australia.
Para que os vayáis ambientando, os dejamos con las imágenes del Hotel Alcatraz, en Kaiserslautern.
Ala, yingelbels, yingelbels. ¡Pónganse a cubierto!
Podemos empezar en Estocolmo, en el Hotel Langholmen, o en las celdas del Hostel Celica, en Ljubijana. Los más osados querrán viajar hasta The Liberty Hotel, una antigua cárcel de máxima seguridad en Boston reconvertida en hotel de diseño, o hasta The Old Jail, una prisión estatal en Australia.
Para que os vayáis ambientando, os dejamos con las imágenes del Hotel Alcatraz, en Kaiserslautern.
Ala, yingelbels, yingelbels. ¡Pónganse a cubierto!
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martes, diciembre 21, 2010
Social Distortion comeback!
Sí, amigos, tras más de seis años de espera, ya hay nuevo disco de Social Distortion: Hard Times and Nursery Rhymes. Buenísima noticia que esperemos signifique una inminente gira y vuelta a nuestros escenarios. Por ahora, nos conformaremos con algunos aperitivos en directo, primero Machine Gun Blues, interpretado en el show de Jimmy Kimmel, segundo Still Alive, en el Lollapalloza de este año.
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martes, diciembre 14, 2010
Tras las pistas de Gimme Shelter
Bien, corría el año 1969 y los Rolling Stones se sacaban de la manga una de las obras maestras de su discografía, Let it Bleed. Nada más pinchar el colosal álbum, el primer corte no podía ser más apabullante: Gimme Shelter. Desde hace tiempo, y gracias a interné, teníamos la suerte de poder descubrir la canción pista a pista, un experimento estremecedor de deconstrucción que nos transmitía la desnudez, esencia y soledad de cada uno de sus integrantes. Los pelos de punta, oigan. Bien, pues los vídeos con las pistas han sido clausurados. Así que efectivamente este post es en realidad un no-post porque lo que contamos es lo que podíamos haber contado pero se ha quedado en el limbo. Una caca, vamos. Los que tuvisteis la potra de escucharlo, felicidades. Al resto, ohhhh, otra vez será. Y si en un futuro alguien en la red vuelve a saltarse la legalidad, aquí estaremos para contároslo con una gran sonrisa.
Para que no todo sea decepción, os dejamos con algunas interpretaciones del tema...
Merry Clayton
The Hellacopters
Patti Smith
Grand Funk Railroad
Stereophonics
Los jodidos Rolling Stones!
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martes, diciembre 07, 2010
miércoles, diciembre 01, 2010
Toronto, catálogo de vanguardia en celuloide
Si nos siguen sabrán que Repámpanos suele atender con interés a la mirada que el cine arroja sobre la ciudad y su arquitectura. Chloe, la nueva película de Atom Egoyan, abre la puerta a Toronto, la mayor metrópolis de Canadá. Contextualicemos un poco por encima: la historia de Chloe, la de un thriller erótico o sentimental de los que ya no abundan en la cartelera desde los noventa, se desarrolla en un ambiente de clase alta cuyos protagonistas parecen embellecerse bajo los copos de nieve. ¡Menudo duelo entre Julianne Moore y Amanda Seyfried! El director aprovecha y lo rueda todo con elegancia y pulcritud. Todo es cool, incluso los orgasmos. Los críticos la acusan de excesivamente pija, de quedarse en la superficialidad de un porno soft. No creemos que sea el caso, pero de cualquier manera atendamos al envoltorio. El mundo sofisticado y vanguardista se traslada de Nueva York o Los Ángeles a la provincia de Ontario. Los planos de Toronto encuadran el Royal Conservatory of Music, el Royal Ontario Museum, el hotel Windsor Arms, el bar LeVack Block, Will Alsop, el Art Gallery of Ontario diseñado por Frank Gehry... Un catálogo apabullante de arquitectura moderna que habla del plan de desarrollo urbano que pretende colocar a Toronto como la ciudad creativa del siglo XXI. Pero, por encima de estos escenarios exteriores, cultos, exquisitos y grandiosos, en Chloe destaca la casa donde se desarrolla gran parte de la acción. Se trata de la Ravine House, del arquitecto Drew Mandel, aunque la fachada que vemos es en realidad la de la Heathdale House, de Stephen Teeple, localizada curiosamente en la misma calle. Por expreso deseo de los inquilinos de la casa del barranco, la Ravine House, para salvaguardar su intimidad no se filmó la entrada, por lo que hubo que buscar otra vivienda que mantuviera la continuidad. Dicho y hecho, un poco más abajo se descubrió la casa de cubos rojos en la que supuestamente viven los miembros de la familia protagonista.
La Ravine House, por dentro...
Heathdale House, por fuera...
Royal Conservatory of Music
Philosopher's walk
Will Alsop
Art Gallery of Ontario
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miércoles, noviembre 24, 2010
Bares de carretera sin costra ni olor a fritanga
Tomen la carretera A-122, desvío en el kilómetro 45. Encrucijada entre Madrid y Barcelona, entre Valencia y Bilbao. La Almunia de Doña Godina, Zaragoza. Hay que repostar, coger fuerzas para continuar viaje. Un bar de carretera espera. Pero encontramos algo diferente a los típicos establecimientos mugrientos que siempre han garantizado en nuestra piel de toro el avituallamiento a pie de mojón. Ni rastro siquiera de los más higiénicos locales afiliados a cadenas comerciales de restauración, iguales todos entre sí, ya se pare a la altura de Despeñaperros o en plena Selva Negra. No hay neón sospechoso. No hay entrada con cortina de canutos antimoscas. No hay parroquianos apostados en la barra con la vista fija, aunque ebria, en la jamelga del pueblo, con exceso de maquillaje, delantal y un buen par pechos sin operar. No hay hedor en los urinarios. No hay pintadas obscenas ni los correspondientes números de teléfono grabados en las puertas del retrete. No hay restos de excrementos. ¡Pero sí hay papel! Claro, es lo que tiene haber llegado al Lolita, un bar de carretera muy poco usual firmado por Langarita-Navarro arquitectos.
Este par de jovenzuelos residentes en Madrid se han atrevido con un proyecto que logra romper el modelo ibérico de los pied-à-terre tradicionales. La primera impresión nada más bajarse del coche apenas vaticina nada. Unas fachadas blancas y una pintada que reza Restaurante. El tinglado se abre desde el otro lado a una extensión de grava alegrada con unos cuantos arbolillos. La estructura del espacio polivalente hace recordar los morros del hotel Aire de Bardenas o la madera cuperizada de los cubos del hotel Consolación, ambos hitos de la nueva hotelería rural provistos de paredes transparentes para conectar interior y exterior, confort y desamparo. El irregular y complejo dibujo de la planta facilita la flexibilidad de los usos del local, pensado para ser algo más que un antro moderno que de bocatas y alivio de vejiga a pie de autopista. De noche, las transparencias de los materiales, los efectos traslúcidos y la iluminación efectista materializan la visión de un club perdido de la mano de dios.
La reflexión que el Lolita, o la tendencia que pueda provocar, sugiere es la siguiente: ¿realmente estamos dispuestos a renunciar a nuestros entrañables y casposos bares de siempre? ¿Tendremos que llevar en la maleta una indumentaria adecuada para entrar en este tipo de establecimientos tan cool? ¿Qué piensan los expertos camioneros de todo esto? ¿Hacía dónde vamos? ¿Qué nos queda? ¿Eh? Eh.
Fotos: Miguel de Guzmán
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miércoles, noviembre 17, 2010
Conejitas a la deriva

Pues ahora, por si fuera poco, la última tragedia es que Playboy saca a subasta la mayor parte de su colección artística. El 8 de diciembre, la sede de Christie's en Nueva York será el escenario de la escabechina que además ya ha sido titulada: The year of the Rabbit. Qué pena más grande. Además de las eternas sesiones fotográficas de Marilyn Monroe, incluida la icónica primera portada de la revista, de los desnudos de Cindy Crawford o de las mejores playmates, el catálogo abarca obras deslumbrantes de los surrealistas Dalí o Tom Wesselmann, sus famosos labios, o de Alberto Vargas, maestro del estilo pin-up.

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jueves, noviembre 11, 2010
La voz de América

El proyecto en cuestión se inscribe en un momento de apogeo bestial dentro de la carrera de Dylan. Sus Bootleg Series, ya va por la novena, la publicación reciente de sus primeros álbumes en versión mono, sus últimos discos en los que trasciende igualmente sus propias fronteras estilísticas, sus asombrosos directos... Así da gusto ver envejecer a los mitos. Por algo es el más grande. Les dejo, que se me van los pies.
Una vez más, gracias señor Zimmerman.
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lunes, noviembre 08, 2010
Un templo de autenticidad italiana
Cómo nos ha gustado descubrir la aventura hotelera del sueco-italiano Daniele Kihlgren. El Sextanio Albergo Diffuso es una delicada intervención para alojar huéspedes en el también rehabilitado pueblecito medieval de Santo Stefano di Sessanio, anidado en los Apeninos a hora y media de Roma. Aquí se lo presentamos por si quieren esconderse al estilo George Clooney en El Americano o por si se contentan con sumergirse en una bañera de Philippe Starck en mitad de una habitación de piedra descarnada. Materiales naturales, iluminación pictórica y confecciones artesanales, tras un exhaustivo estudio de las costumbres y la vida ancestral. Un asombro en tiempos de diseños ultramodernos y destemplanzas deshumanizadas.
viernes, noviembre 05, 2010
L.A. Punk

Por otra parte, de lo más interesante del libro es comprobar la decisiva influencia de Jim Morrison en todo aquel fregao. La de Bowie también. La de Iggy Pop derivada de su asimilación de las maneras del cantante de The Doors.
Nuestro recurrente viaje californiano este verano pasado nos dio para plantarnos en la puerta del Viper Room o del Whisky A Go-Go, olisquear un poco en el Boulevard y pasear por Venice Beach, pero poco más, no lo suficiente como para tatuarnos el icono del Damaged en la frente. Tras el punk guarro y amateur llegó el hardcore y el rollo skater. Pero esa es otra historia.
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martes, noviembre 02, 2010
Chicas malas




jueves, octubre 28, 2010
69 Revoluciones: fin de fiesta

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jueves, octubre 21, 2010
¡¡Oh, dios, líbranos de ella!!

Nos ha rebrotado esta úlcera debido a lo que vimos y escuchamos ayer nada más levantarnos de la cama. Como contertulia de un programa mañanero, la señora hacía balance de los nuevos nombramientos ministeriales del Gobierno de la Nación -fíjense en mi respetuosa utilización de las mayúsculas- hasta que llegó al de una tal Pajín que, dicho sea de paso, no es ni de lejos santa de nuestra no muy devota devoción. Total, que la susodicha doña se quedó a gustito. No contenta con llamarla niñata se destapó con las siguientes palabras: "su principal mérito es ser una gran abortista". Oh, yeah. Dicho argumento le valió para guiar su furibunda mirada hacía el resto de mujeres sin prole que ocupan cartera de ministra. Ahí está la clave de todo el caos en el que se ve sumido el país. Las mujeres de La Moncloa no tienen hijos. Y ya se sabe con esas... Todo rematado con una sonrisa relamida de la que se cree calculadora en el envite. Demasiado elegante estuvo el brasas Revilla, el superpresi cántabro que comparte debate con semejante lengua de fuego hecha moderna mujer cristiana del siglo XXI, al no poder corresponder más que con un simple: "pues sí que es fuerte lo que ha dicho", mirando ojiplático a la ojiplática presentadora que no tuvo más remedio que refugiar a su invitada al amparo de la libertad de expresión.
En fin, hay también que tener en cuenta que la pobre lleva tiempo enfurruñada al haber sido desplazada de su espacio de tarde en las Ondas Populares a los fines de semana, episodio de pataleta y lloros en las faldas de Rouco incluido. Acudió a él nada menos. Claro, su jefe, aunque rascó poco, a tenor de los resultados. Menuda está la Cope últimamente.
El caso relatado nos recuerda aquel memorable número 35 del Mondo Brutto, el Especial Reaccionario. En él Galactus y Grace trazaban un perfil de la macha cabría -del que supongo estará muy orgullosa doña Encarna, allí donde esté- en el que se aludía a datos tan ciertísimos como el de ser "madre de familia numerosa, ultra católica, ultra conservadora, de genio vivo y opiniones recias y fuertes", "la enorme locutora fundamentalista a mechas, se vende como la campeona de lo políticamente incorrecto", o "seguidora fanática de Comunión y Liberación". Semejante energúmena llegó en sus buenos tiempos a tener como invitado estrella a don Aquilino Polaino -no es un personaje de Escobar, advertimos-, un muy sabio profesor universitario encomendado a la buena causa de enderezar la conducta homosexual. Efectivamente, ¡como aquellos de los que hablamos en nuestro post dedicado a Brüno! Haberlos, haylos, incluso entre nosotros. Por todo ello, alzamos nuestra mirada y nuestra voz a las alturas: ¡¡oh, dios, líbranos de ella!!
Nos da tanto repelús que preferimos no reproducir gráficamente su tornasolada figura. Nos dacantamos, por tanto, por una imagen algo más alegórica y no tan impresionable.
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martes, octubre 19, 2010
¿Dónde está la jodida tienda de discos?


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lunes, octubre 11, 2010
Yo vi a Solomon Burke

Como ilustraban sus propias palabras al recordar, en una entrevista con El País con motivo de aquel concierto, la elaboración de un elepé para Chess Records, Music to make love by: "Queríamos un disco para acompañar momentos íntimos. Así que llevamos parejas al estudio para que hicieran el amor y ajustamos el tiempo de los temas a sus ritmos sexuales: que nadie dijera que mi elepé no servía para lo que anunciaba. El sexo es una parte maravillosa de la vida y deseo que todos, sean o no miembros de mi Iglesia, sepan disfrutarlo. Ya sé que la Iglesia católica no piensa como yo, pero debería replanteárselo".
Aquí podréis encontrar una playlist del predicador del soul elaborada por Fernando Navarro.
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viernes, octubre 08, 2010
La arquitectura habitada

Aunque seguiremos a buen seguro divagando acerca de esta materia, que lanzamos al ciberespacio para que se descomponga, aprovechamos que acaba de concederse el premio Julius Shulman a uno de los fotógrafos más de moda en esta disciplina, Iwan Baan, para ilustrar este post con una de sus limpias imágenes. Por último, nos despedimos en este punto porque tenemos una cita con el calvo Foster, sir Norman Foster. Veremos si el documental How much does your building weigh, Mr. Foster? arroja algo de luz sobre el tema. Por ahora pueden pasar el rato con este artículo de Vicente Verdú, que nos viene al pelo. Con perdón de Foster, claro.
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martes, octubre 05, 2010
América redneck y el ataque de los dildos
Un tipo con pinta de mamarracho se abalanza sobre otro, más curtido y viril de pura cepa, pollón en mano. No es el suyo, sino un inmenso consolador negro de plástico. En realidad amenaza con dos grandes falos, uno en cada mano. No es una situación muy normal, desde luego, sino una maniobra en la que el "atacante" intenta reproducir una peligrosa, intimidante y "del todo habitual" tesitura en la que un feroz homosexual trata de violar a un indefenso y muy hetero ciudadano de bien.
Una de nuestras aficiones y temas recurrentes como analistas rigurosos de la sociedad global es simple y llanamente Estados Unidos de América. Aquí hemos versado las glorias de Steinbeck, las miserias del puritanismo más reciente, las bondades de su música y artes genuinas, las contradicciones en definitiva de un experimento social hecho país-continente, un inmenso microcosmos -¿o un reducido macrocosmos?- en el que parece estar todo contenido. A veces parece, sí, que USA=Planeta Tierra. Darse un garbeo por aquellas tierras corrobora esta perturbadora idea. Logras así entender un poco el comportamiento de esa especie que lleva inoculado en su código genético el chip del americacentrismo.
Todo este rollo para una vez más alucinar con alguna de sus más divertidas puestas en escena. Hablamos de Brüno, la película que afianzó la fama del humorista Sacha Baron Cohen y que reproduce secuencias tan absurdas y descacharrantes como la que nos ha servido de introducción. Como un sucedáneo del falso documental, subproducto del género que tiende a difuminar las líneas de la manipulación y que no siempre alumbra experimentos saludables, el film tiene claras intenciones bufonescas, de mera provocación y parodia de la sociedad bienpensante o al menos de algunos sectores como el de la moda, pero en su proceso de dejar en cueros parte de la más pacata sociedad yanqui descojona y acojona comprobar cómo unos padres no tuercen el bigote ante el hecho de que sus hijitos tomen partido en un anuncio publicitario ataviados con indumentaria nazi, o que haya asociaciones dispuestas a enderezar la conducta gay -dirigidas por cierto por señores muy formales y ya canos que no pueden ocultar sus ojos rijosos ni su reprimido sentimiento homo-, o que el estereotipo del redneck con gorra y rifle se ajuste pelo a pelo a la cruda realidad, o que todavía tenga peso y espacio en las comunidades algo tan pintoresco como el concepto de la supremacía blanca. O que haya gente que no dude en dar clases de autodefensa personal a un tipo que pide poder identificar a los gays por la calle, un tipo como Brüno que se lleva a clase un par de dildos porque por supuesto los gays atacan a la gente formal por la espalda para después violarlas con grandes pollas de plástico.
Una de nuestras aficiones y temas recurrentes como analistas rigurosos de la sociedad global es simple y llanamente Estados Unidos de América. Aquí hemos versado las glorias de Steinbeck, las miserias del puritanismo más reciente, las bondades de su música y artes genuinas, las contradicciones en definitiva de un experimento social hecho país-continente, un inmenso microcosmos -¿o un reducido macrocosmos?- en el que parece estar todo contenido. A veces parece, sí, que USA=Planeta Tierra. Darse un garbeo por aquellas tierras corrobora esta perturbadora idea. Logras así entender un poco el comportamiento de esa especie que lleva inoculado en su código genético el chip del americacentrismo.
Todo este rollo para una vez más alucinar con alguna de sus más divertidas puestas en escena. Hablamos de Brüno, la película que afianzó la fama del humorista Sacha Baron Cohen y que reproduce secuencias tan absurdas y descacharrantes como la que nos ha servido de introducción. Como un sucedáneo del falso documental, subproducto del género que tiende a difuminar las líneas de la manipulación y que no siempre alumbra experimentos saludables, el film tiene claras intenciones bufonescas, de mera provocación y parodia de la sociedad bienpensante o al menos de algunos sectores como el de la moda, pero en su proceso de dejar en cueros parte de la más pacata sociedad yanqui descojona y acojona comprobar cómo unos padres no tuercen el bigote ante el hecho de que sus hijitos tomen partido en un anuncio publicitario ataviados con indumentaria nazi, o que haya asociaciones dispuestas a enderezar la conducta gay -dirigidas por cierto por señores muy formales y ya canos que no pueden ocultar sus ojos rijosos ni su reprimido sentimiento homo-, o que el estereotipo del redneck con gorra y rifle se ajuste pelo a pelo a la cruda realidad, o que todavía tenga peso y espacio en las comunidades algo tan pintoresco como el concepto de la supremacía blanca. O que haya gente que no dude en dar clases de autodefensa personal a un tipo que pide poder identificar a los gays por la calle, un tipo como Brüno que se lleva a clase un par de dildos porque por supuesto los gays atacan a la gente formal por la espalda para después violarlas con grandes pollas de plástico.
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miércoles, septiembre 29, 2010
Ruidaco del bueno: felices en la charca de barro

Observen el disco de la semana, su colosal antología March to Fuzz. Ahí está todo. Chapoteen con alegría.
Touch me, I'm sick, su gran himno. El himno hedonista de la generación X.
martes, septiembre 28, 2010
No olvides las palomitas: hoteles de cine

Por ahora este es el top five de las escenas votadas:
1- Lost in Translation - la escena de la japo pirada de las medias
2- The Shining (El Resplandor) - la escena del loco carioco completamente poseído
3- The Hangover (Resacón en Las Vegas) - la escena del caótico despertar
4- Inception (Origen) - la escena de ingravidez, una de tantas
5- Psycho (Psicosis) - la escena de la ducha
¿Estás de acuerdo con esta lista? ¿Tienes otra escena favorita? A nosotros se nos ocurre alguna que otra más: los encuentros en el Les Rives de Notre Dame entre Belmondo y Seberg en Al final de la escapada, la Garbo y John Barrimore en Grand Hotel, Cary Grant y Ginger Rogers haciendo el payaso en Me siento rejuvenecer, las escenas de motel de No es país para viejos, las enseñanzas en Scarface de Manny Rivera a Tony Montana en el Fontainebleau de Miami, las fuentes del Bellagio en Ocean's Eleven, la escena del piano del Regent Beverly Wilshire en Pretty Woman, las intrigas de habitación en Charada...
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lunes, septiembre 27, 2010
Culos dentro: acción a cámara lenta
Tras la buena acogida de Pechos dentro, iniciamos la semana con una nueva muestra de cultura con mayúsculas. Que lo pasen bien (a base de azote limpio).
Si se ponen nerviositos, siempre les queda la opción de acelerar el vídeo con el cursor. Eso sí, se perderán el voluptuoso movimiento de las nalgas expuestas.
Si se ponen nerviositos, siempre les queda la opción de acelerar el vídeo con el cursor. Eso sí, se perderán el voluptuoso movimiento de las nalgas expuestas.
SHOWstudio: The Fashion Body - Buttocks from SHOWstudio on Vimeo.
lunes, septiembre 20, 2010
¡No te la menees en Delawere!

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jueves, septiembre 16, 2010
Palabra de Steinbeck (Parte I)

“Las causas yacen en lo más hondo y son sencillas: las causas son el hambre en un estómago, multiplicado por un millón; el hambre de una sola alma, hambre de felicidad y un poco de seguridad, multiplicada por un millón; músculos y mente pugnando por crecer, trabajar, crear, multiplicado por un millón. La función última del hombre, clara y definitiva: músculos que buscan trabajar, mentes que pugnan por crear algo más allá de la mera necesidad: esto es el hombre. Levantar un muro, construir una casa, una presa y dejar en el muro, la casa y la presa algo de la esencia misma del hombre y tomar para esta esencia algo del muro, la casa, la presa: músculos endurecidos por el trabajo, mentes ensanchadas por la asimilación de líneas nítidas y formas que fueron parte de la concepción de la obra. Porque el hombre, a diferencia de cualquier otro ser orgánico o inorgánico del universo, crece más allá de su trabajo, sube los peldaños de sus conceptos, emerge por encima de sus logros. Se puede decir que cuando las teorías cambian, se desmoronan, cuando las escuelas y las filosofías, cuando oscuros callejones estrechos de pensamiento, nacional, religioso, económico, crecen y se desintegran, el hombre extiende una mano, avanza tambaleante, penosamente, a veces en dirección equivocada. Habiendo dado un paso adelante, puede resbalar, pero sólo medio paso, nunca dará el paso entero hacia detrás. Esto se puede decir del hombre y se sabe. Es evidente cuando las bombas caen de los negros aviones en medio de la plaza del mercado, cuando se ensarta a los prisioneros como si se tratara de cerdos, cuando los cuerpos aplastados se desangran entre la suciedad y el polvo. De esta forma se puede uno dar cuenta. Si no se diera ese paso, si el dolor de avanzar a trompicones no fuera algo vivo, las bombas dejarían de caer estando vivos los que las arrojan, porque cada una de las bombas es la prueba de que el espíritu no ha muerto. Y teme el momento en que las huelgas dejen de producirse mientras los grandes propietarios siguen vivos, porque cada pequeña huelga aplastada es la prueba de que se ha dado el paso. Puedes saber esto: teme el momento en que el hombre deje de sufrir y morir por un concepto, porque esta cualidad es la base de la esencia humana, esta cualidad es el hombre mismo, y lo que le diferencia en el conjunto del universo."
"Y los grandes propietarios, los que deben ser desposeídos de su tierra por un cataclismo, los grandes propietarios con acceso a la historia, con ojos para leer la historia y conocer el gran hecho: cuando la propiedad se acumula en unas pocas manos, acaba por serles arrebatada. Y el hecho que siempre acompaña: cuando hay una mayoría de gente que tiene hambre y frío, tomará por la fuerza lo que necesita. Y el pequeño hecho evidente que se repite a lo largo de la historia: el único resultado de la represión es el fortalecimiento y la unión de los reprimidos. Los grandes propietarios hicieron caso omiso de los tres gritos de la historia. La tierra fue quedando en menos manos, aumentó el número de los desposeídos y los propietarios dirigieron todos sus esfuerzos a la represión. El dinero se gastó en armas, y en gasolina para mantener la vigilancia en las enormes propiedades y se enviaron espías que recogieran las instrucciones susurradas para la revuelta, de forma que ésta pudiera ser sofocada. La economía en proceso de cambio fue ignorada, al igual que los planes del cambio; y sólo se consideraron los medios para extinguir la revuelta, mientras persistían las causas de la misma.
Se incrementó el número de tractores que dejan a la gente sin trabajo, de líneas de transporte que acarrean las cargas, de máquinas que producen; más y más familias corrieron por las carreteras, buscando las migajas de las grandes propiedades, ansiando las tierras a los lados de los caminos. Los grandes propietarios formaron asociaciones para protegerse y celebraron reuniones en las que discutían formas de intimidación, de asesinato, de gasearles. Y siempre temerosos de que surgiera un jefe..., trescientos mil..., si alguna vez se unen bajo un líder..., el fin. Trescientas mil personas, hambrientas y abatidas, si alguna vez llegan a tomar conciencia de ellos mismos, la tierra será suya. Y no habrá gas ni rifles suficientes para detenerlos. "
"Ya lo sé, Madre. Lo estoy intentando. Pero esos ayudantes del sheriff... ¿Has visto uno alguna vez que no tuviera el culo gordo? Y menean el culo y muestran su revólver por ahí. Madre -dijo-, si ellos estuvieran trabajando con la ley, lo podríamos soportar. Pero no es eso. Su trabajo es minarnos la moral. Intentan que estemos encogidos, arrastrándonos como una perra apaleada. Tratan de destrozarnos. Por Dios, Madre, llega un momento en que lo único que uno puede hacer para conservar la dignidad es atizarle a un policía. Nos están comiendo la dignidad."
"Tranquilo -dijo ella-. Debes tener paciencia. Mira, Tom... nosotros, nuestra gente, seguirá viviendo cuando estos otros hayan desaparecido. Escucha, Tom, nosotros somos la gente que vive. No nos pueden borrar del mapa. Nosotros somos la gente, nosotros seguimos adelante.
-Nos apalean continuamente.
-Ya lo sé -Madre rió entre dientes-. Quizás es lo que nos hace fuertes. Los ricos van y se mueren y sus hijos no sirven para nada y van desapareciendo. Sin embargo, Tom, nosotros seguimos surgiendo. No te inquietes, Tom. Llegan nuevos tiempos, distintos."
"Ahora las personas que estaban en movimiento, que iban en busca de algo, eran emigrantes. Las familias que habían vivido en una pequeña parcela de terreno, que habían vivido y habían muerto en un espacio de cuarenta acres, que habían comido o pasado hambre con lo que producían esos cuarenta acres, tenían ahora todo el oeste para recorrerlo a sus anchas. Y se extendían presurosas, buscando trabajo; las carreteras eran ríos de gentes y las cunetas a los bordes eran también hileras de gente. Tras estas gentes venían otras. Las grandes carreteras bullían de gente en movimiento. Allá en el medio oeste y el suroeste había vivido una población sencilla y campesina a la que no había afectado el cambio de la industria, que no había trabajado la tierra con maquinaria, ni conocido la fuerza y el peligro que las máquinas podían adquirir estando en manos privadas. No habían crecido en las paradojas de la industria. Sus sentidos todavía percibían con claridad lo ridículo de la vida industrial.
Y entonces, de pronto, las máquinas los expulsaron y ellos invadieron las carreteras. El movimiento les hizo cambiar; las carreteras, los campamentos a orillas de los caminos, el temor al hambre, la misma hambre, les transformaron. Cambiaron porque los niños debían pasarse sin cenar y por estar en constante e incesante movimiento. Eran emigrantes. Y la hostilidad les hizo diferentes, los fundió, los unió: la hostilidad que hacía que en los pequeños pueblos la gente se agrupara y tomara las armas como para rechazar a un invasor, brigadas con mangos de picos, dependientes y tenderos con escopetas, protegiendo el mundo contra su propia gente (...) Dijeron: esos malditos son sucios y ignorantes. Son unos degenerados, maníacos sexuales. Estos condenados son ladrones. Roban todo lo que tienen por delante. No tienen el sentido del derecho de la propiedad.
Y esto último era cierto, porque ¿cómo puede un hombre que no posee nada conocer la preocupación de la propiedad? Y gentes a la defensiva dijeron: Traen enfermedades, son inmundos. No podemos dejar que vayan a las escuelas son forasteros. ¿Acaso te gustaría que tu hermana saliera con uno de ellos? (...)
Los pequeños agricultores que no poseían industrias conserveras perdieron sus fincas, que pasaron a manos de los grandes propietarios, los bancos y las companías que al propio tiempo eran los dueños de las fábricas de conservas. Con el paso del tiempo, el número de las fincas disminuyó. Los pequeños agricultores se trasladaron a la ciudad y estuvieron allí un tiempo mientras les duró el crédito, los amigos, los parientes. Y después ellos también se echaron a las carreteras. Y los caminos hirvieron con hombres ansiosos de trabajo, dispuestos incluso a asesinar por conseguir trabajo. Y las compañías, los bancos fueron forjando su propia perdición sin saberlo. Los campos eran fértiles y los hombres muertos de hambre avanzaban por los caminos. Los graneros estaban repletos y los niños de los pobres crecían raquíticos, mientras en sus costados se hinchaban las pústulas de la pelagra. Las compañías poderosas no sabían que la línea entre el hambre y la ira es muy delgada. Y el dinero que podía haberse empleado en jornales se destinó a gases venenosos, armas, agentes y espías, a listas negras e instrucción militar. En las carreteras la gente se movia como hormigas en busca de trabajo, de comida. Y la ira comenzó a fermentar.”
"–¿Oísteis lo que decía aquel periódico sobre «agitadores al norte de Bakersfield?» –Claro –dijo Wilkie–. Dicen cosas así continuamente. –Bueno, yo estaba allí. No había agitadores ni por casualidad. Lo que ellos llaman rojos. ¿Qué coño son rojos de todas formas? Timothy aplanó un pequeño promontorio del fondo de la zanja. El sol hacía brillar su blanca barba hirsuta. –Hay muchos que quisieran saber lo que son rojos –rió–. Uno de nuestros chicos lo averiguó –aplanó suavemente con la pala la tierra amontonada–. Un tipo llamado Hines... tiene unos treinta mil acres, melocotones y uvas, una conservera y un lagar. Estaba todo el tiempo hablando de «esos condenados rojos». «Esos rojos de mierda están llevando el país a la ruina» –decía–, y «tenemos que echar a estos rojos cabrones de aquí». Un día le estaba oyendo un joven recién llegado al oeste. Se rascó la cabeza y le dijo: «Señor Hines, yo llevo por aquí poco tiempo. ¿Qué son los malditos rojos?» Pues bien, Hines le contestó: «¡Un rojo es un hijo de puta que pide treinta centavos por hora cuando lo que pagamos son veinticinco!» El joven se lo pensó, se rascó la cabeza y dijo: «Bueno, señor Hines, yo no soy un hijo de puta, pero si eso es lo que es un rojo... pues yo quiero treinta centavos por hora. Todo el mundo lo quiere. Diablos, señor Hines, todos somos rojos»".
"La podredumbre se extiende por el Estado y el dulce olor es una desgracia para el campo. Hombres que pueden hacer injertos en los árboles y hacer la semilla fértil y grande, no saben cómo hacer para dejar que gente hambrienta coma los productos. Hombres que han creado nuevos frutos en el mundo no pueden crear un sistema para que sus frutos se coman. Y el fracaso se cierne sobre el Estado como una enorme desgracia. Los frutos de las raíces de las vides, de los árboles, deben destruirse para mantener los precios y esto es lo más triste y lo más amargo de todo. Cargamentos de naranjas arrojados en el suelo. La gente vino de muy lejos para coger la fruta, pero no podía ser. ¿Cómo iban a comprar naranjas a veinte centavos la docena si podían salir y recogerlas? Y hombres con mangueras arrojan chorros de queroseno en las naranjas y se enfurecen ante semejante crimen y se enfadan con la gente que ha venido a por la fruta. Un millón de personas hambrientas, que necesitan la fruta... y el queroseno rociado sobre las montañas doradas. Y el olor a podrido llena el campo. Quemar café como combustible en los barcos. Quemar maíz para calentarse, hace un cálido fuego. Tirar patatas a los ríos y poner vigilantes a lo largo de las orillas para evitar que la gente hambrienta las pesque. Matar a los cerdos y enterrarlos y dejar que la putrefacción se filtre en la tierra. Eso es un crimen que va más allá de la denuncia. Es una desgracia que el llanto no puede simbolizar. Es un fracaso que supera todos nuestros éxitos. La tierra fértil, las rectas hileras de árboles, los rubustos troncos y la fruta madura. Y niños agonizando de pelagra deben morir por no poderse obtener un beneficio de una naranja. Y los forenses tienen que rellenar los certificados – murió de desnutrición– porque la comida debe pudrirse, a la fuerza debe pudrirse. La gente viene con redes para pescar en el río y los vigilantes se lo impiden; vienen en coches destartalados para coger las naranjas arrojadas, pero han sido rociadas con queroseno. Y se quedan inmóviles y ven las patatas pasar flotando, escuchan chillar a los cerdos cuando los meten en una zanja y los cubren con cal viva, miran las montañas de naranjas escurrirse hasta rezumar podredumbre; y en los ojos de la gente se refleja el fracaso; y en los ojos de los hambrientos hay una ira creciente. En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y se vuelven pesadas, cogiendo peso, listas para la vendimia."
La segunda parte de Palabra de Steinbeck estará dedicada a la Ruta 66.
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John Steinbeck. Las uvas de la ira
martes, septiembre 14, 2010
McEnroe
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lunes, septiembre 13, 2010
Pechos fuera

viernes, septiembre 03, 2010
Brom, brooommmm!!!

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lunes, agosto 30, 2010
Bajo el agua en HD
¿Algún día podré hacer algo parecido con mi 7d?
Canon 7D Underwater Test Video - Berkley White from Berkley White on Vimeo.
viernes, agosto 27, 2010
La belleza del horror
Un niño empapado sobre un fondo difuminado. El agua que le cala hace resaltar su piel morena, su abdomen y su ombligo hinchado. También el amarillo intenso de los mangos que sostiene en sus brazos a modo de capazo.
Las lágrimas recorren el rostro en primer plano de una niña. Mira a cámara fíjamente y llora porque le acaban de pinchar la inyección contra la enfermedad del sueño. Sus ropajes, aunque desenfocados, llaman la atención por su colorido exótico.
Una porción de tierra con forma y textura de pan de pita está rodeada por completo de un agua marrón. O gris. Sobre el pan de pita se ve una estampa casi de belén navideño. Unos pocos animales, un chamizo, lo que parecen unas figuritas con forma humana. Son humanos de verdad, una familia aislada en su granja y la foto está tomada desde un helicóptero de la Armada.
Las impactantes instantáneas del desastre natural y humano de Pakistán o el artículo de fondo dedicado a la situación calamitosa de la República Centroafricana, ambos en El País del domingo pasado, son sólo dos ejemplos de cómo nuestro mundo es capaz de arrancar destellos de belleza en el más absoluto de los desastres. Es más, muchas veces parece que es más sencillo encontrarla en este tipo de situaciones que en lugares de paz, equilibrio y orden. ¿Cómo es posible esta paradoja? ¿Es un acierto del fotógrafo inspirado? ¿Es aconsejable publicar este tipo de imágenes que a lo mejor no son capaces de apelar a la reflexión? No tengo respuestas, como casi siempre. Yo, por si acaso, prefiero dejar este post sin fotos. Las que describo al principio, y algunas otras que acompañaban los reportajes, eran excelentes fotografías. Sin embargo, algo en mí se extrañó mientras pasaba las páginas. Me interesaba la composición, el colorido, la decoración, y no acertaba a entender del todo que ahí dentro había drama a flor de piel, la representación del dolor de millones de personas. Había demasiada perfección entre tanto caos. Todas parecían una puesta en escena. Seguro que los foteros no tienen la culpa, ni de coña, son buenísimos, pero es la sensación dada. Los niños haciendo cola en los campamentos. La gente chapoteando en el fango. La desnutrición personificada. Las siluetas del esfuerzo y la supervivencia. Los ojos. Bueno, esos ojos no son los de unos actores. Son de verdad.
Para completar: las mejores imágenes del World Press Photo 2010
Las lágrimas recorren el rostro en primer plano de una niña. Mira a cámara fíjamente y llora porque le acaban de pinchar la inyección contra la enfermedad del sueño. Sus ropajes, aunque desenfocados, llaman la atención por su colorido exótico.
Una porción de tierra con forma y textura de pan de pita está rodeada por completo de un agua marrón. O gris. Sobre el pan de pita se ve una estampa casi de belén navideño. Unos pocos animales, un chamizo, lo que parecen unas figuritas con forma humana. Son humanos de verdad, una familia aislada en su granja y la foto está tomada desde un helicóptero de la Armada.
Las impactantes instantáneas del desastre natural y humano de Pakistán o el artículo de fondo dedicado a la situación calamitosa de la República Centroafricana, ambos en El País del domingo pasado, son sólo dos ejemplos de cómo nuestro mundo es capaz de arrancar destellos de belleza en el más absoluto de los desastres. Es más, muchas veces parece que es más sencillo encontrarla en este tipo de situaciones que en lugares de paz, equilibrio y orden. ¿Cómo es posible esta paradoja? ¿Es un acierto del fotógrafo inspirado? ¿Es aconsejable publicar este tipo de imágenes que a lo mejor no son capaces de apelar a la reflexión? No tengo respuestas, como casi siempre. Yo, por si acaso, prefiero dejar este post sin fotos. Las que describo al principio, y algunas otras que acompañaban los reportajes, eran excelentes fotografías. Sin embargo, algo en mí se extrañó mientras pasaba las páginas. Me interesaba la composición, el colorido, la decoración, y no acertaba a entender del todo que ahí dentro había drama a flor de piel, la representación del dolor de millones de personas. Había demasiada perfección entre tanto caos. Todas parecían una puesta en escena. Seguro que los foteros no tienen la culpa, ni de coña, son buenísimos, pero es la sensación dada. Los niños haciendo cola en los campamentos. La gente chapoteando en el fango. La desnutrición personificada. Las siluetas del esfuerzo y la supervivencia. Los ojos. Bueno, esos ojos no son los de unos actores. Son de verdad.
Para completar: las mejores imágenes del World Press Photo 2010
miércoles, agosto 25, 2010
¡¡VIVA LAS VEGAS!!
Nos va la inconstancia y la falta de disciplina. Quién sabe si con este vídeo, aún continuando con el hilo de entregas relacionadas con California y sus entretelas, no estaremos destapando una serie de entregas picantonas y de contenido ruborizante. Veremos. Por ahora les dejamos con esta maravilla extraída de la colección The Fashion Body de SHOWstudio: los pechos de la fotógrafa Alice Hawkins (no los suyos, sino otros...).
Lo dicho, pinchen sobre la imagen: ¡¡Viva Las Vegas!!
Lo dicho, pinchen sobre la imagen: ¡¡Viva Las Vegas!!

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Resacón en Las Vegas
martes, agosto 24, 2010
Chaparrón de estrellas en Joshua Tree
Les ofrecemos una magnífica muestra de la técnica del time-lapse tan empleada últimamente gracias también a las posibilidades de las nuevas cámaras fotográficas de última generación. Además, a la espera de próximas crónicas que resuman y testimonien nuestro periplo californiano, qué mejor escenario que el desierto de Joshua Tree.
Joshua Tree Under the Milky Way from Henry Jun Wah Lee on Vimeo.
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Joshua Tree
viernes, agosto 13, 2010
Visitar el Imperio provoca resaca

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La historia de las cosas
martes, agosto 10, 2010
Gainsbourg, el provocador. Gainsbourg, el seductor.
Érase un hombre a una gran nariz pegado. Debajo de ella, un cigarro perenne. Sobre la gran nariz y el cigarro humeante, unas bolsas que acumulan noches insomnes de piano y sábanas revueltas. A los lados, enormes orejas para un ser tan insignificante. Una gabardina. Un susurro. Con esta breve descripción uno podría empezar a conocer al personaje, pero ni siquiera la película Gainsbourg, vida de un héroe puede hacer que conozcamos de verdad a Lucien Ginsburg, esa criatura inclasificable capaz del éxtasis y del sonrojo. Sin embargo, la primera película del historietista Joann Sfar es un entrañable y original acercamiento a la biografía del compositor francés sin llegar a ser un biopic al uso. Sin triquiñuelas ni obsesiones cronológicas, el director elabora un personal y onírico colage desde su visión de fan y la cosa funciona. El armazón del (anti)héroe queda indemne gracias al asombroso mimetismo de Eric Elmosnino –veterano de la escena gala-, un auténtico clon del músico capaz de tener su misma caída de ojos pero también de interpretar sus temas sin ceder peso artístico. Por su parte, las féminas que acompañan al devorador de mujeres embellecen aún más la puesta en escena, cuidada y clásica a la vez sin llegar a sobrepasar los 700 planos en total. ¡Menuda está Laetitia (curiosamente una canción del mismo Serge Gains) en su papel de la Bardot! Una pena la tragedia de Lucy Gordon, que encarnó a Jane Birkin poco antes de quitarse la vida. Además, en la peli no falta el humor, socarrón, cirroso y hasta infantil del protagonista y de su misma familia. En definitiva, un delicioso entretenimiento veraniego para detenerse un rato o alargar las noches calentorras que nos asolan al compás de los susurros de este pequeño gran refinado cavernícola.
Uno de los episodios más insolentes de Gainsbourg. La pobre Whitney Houston empeza a saborear el precio de la fama.
Voilà! Gainsbourg quema en directo un billete de 500 francos.
Voilà! Gainsbourg arremete con una versión reggae de La Marsellesa que creó un pelín de polémica. Cuando pujó por el manuscrito original del himno pudo demostrar que realmente tenía razón al cantar "Aux Armes et Caetera (A las armas, etcétera)"
Su Nazi Rock del disco Rock Around the Bunker
El Bonnie&Clyde con la Bardot.
Un hotel de lo más particular.
En contacto desde muy temprano con la cultura y las artes, Gainsbourg en seguida también empezó a frecuentar las calles y el ambiente del lumpen. El surrealismo, su encontronazo con Boris Vian y el redescubrimiento de sus dotes para la música acabaron de moldear al personaje. La mezcla agitada con talento en un contenedor que a la vez se autocastiga le convierte en un príncipe feo pero irresistible, galán y despojo, poeta y bufón. Todo un mito.
Uno de los episodios más insolentes de Gainsbourg. La pobre Whitney Houston empeza a saborear el precio de la fama.
Voilà! Gainsbourg quema en directo un billete de 500 francos.
Voilà! Gainsbourg arremete con una versión reggae de La Marsellesa que creó un pelín de polémica. Cuando pujó por el manuscrito original del himno pudo demostrar que realmente tenía razón al cantar "Aux Armes et Caetera (A las armas, etcétera)"
Su Nazi Rock del disco Rock Around the Bunker
El Bonnie&Clyde con la Bardot.
Un hotel de lo más particular.
En contacto desde muy temprano con la cultura y las artes, Gainsbourg en seguida también empezó a frecuentar las calles y el ambiente del lumpen. El surrealismo, su encontronazo con Boris Vian y el redescubrimiento de sus dotes para la música acabaron de moldear al personaje. La mezcla agitada con talento en un contenedor que a la vez se autocastiga le convierte en un príncipe feo pero irresistible, galán y despojo, poeta y bufón. Todo un mito.
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jueves, agosto 05, 2010
Otro momento infame de una época miserable: larga vida a El Ambigú

Con esta putada me deben varios cursos más de convalidación musical, ¿a quién los reclamo? Mi formación está básicamente forjada gracias a dos o tres de colegas, a mi lógico aunque mínimo porcentaje autodidacta y a El Ambigú. Tal cual. Joder, si los pocos pinitos que he dado en el mundo radiofónico los he dado interiorizando sin querer el soniquete de su inconfundible dicción. Estoy seguro de que echaré de menos el programa, pero no así a su conductor porque no le imagino fuera de micro demasiado tiempo. El problema es el lugar, ¿qué maldito lugar podrá acoger tanta independencia?
Como él mismo ha expresado, vivimos una “época miserable”, así que desde este mi humilde espacio libre (creo), en el que puedo dar codazos sin represalias (creo), ya me he desahogado. Ahí fuera apesta.
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Diego A. Manrique,
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