martes, octubre 24, 2006

TOP OF THE WORLD!!!!!

Recomendación: a todos aquellos que disfrutan con el cine negro, un DVD imprescindible: White Heat, o lo que es lo mismo, Al Rojo Vivo. Diez años después de su colaboración en Los Violentos Años Veinte, Raoul Walsh y James Cagney reeditaban su infalible apuesta por un cine aguerrido y con pulso, cine de gánsters, mujeres fatales, tiros y explosiones donde los personajes adquieren categoría de leyenda en parte gracias a sus propias inestabilidades emocionales. A la película se añaden comentarios de expertos en el género –Scorsese incluido- y una propuesta original, la de reproducir las proyecciones tal y cómo se hacían en aquella época dorada, es decir, un programa completo de Warner: un corto de comedia disparatada, un noticiario, una historia de animación –Bugs Bunny en este caso- y, por último, la peli. No se la pierdan, así volverán a ver a un Cagney que reivindicaba su papel en... Top of the World!!!

martes, octubre 17, 2006

ENFANGADOS EN LA POLÍTICA

No es mi intención concatenar de manera consecutiva dos o más entradas relacionadas con la vida política y la crispación –supuesta o no- que ésta genera en la sociedad. Eso debe ser de débiles y prometo no volver a hacerlo. Sin embargo, es complicado zafarse del bombardeo diario, aún sumergiéndote bajo el agua en busca de nuevos paisajes marinos y necesarias medidas para poner la mente en blanco, como he tenido a bien hacer durante este bonito puente pasado, el puente de las pilares, los ejércitos y las españas. No me apetece hablar de temas concretos, prefiero divagar sobre conceptualizaciones y metafísicas banales precisamente para criticar la soltura con que la clase política ejercita su día a día mediante el uso de abstracciones, la mayoría de ellas fútiles, en su desempeño no ya de la confrontación rutinaria, sino del flujo informativo hacia la población o, simplemente, de la construcción propagandística de grandes y pomposos mensajes. ¡Y encima ya estamos en plena campaña catalana! Preparadísimos estadistas se ponen al frente de las candidaturas para apelar a llamativas categorías relacionadas con el cosmos, los sentimientos o los liderazgos. La patria y sus símbolos vuelven a la palestra y se ponen al servicio de la movilización porque hay que remover las conciencias dormidas, hay que despertar a esos ciudadanos inermes y desidiosos que ni sienten ni padecen y que llegado este momento crucial no deben quedarse impasibles ante la claudicación, el engaño o la estafa. Qué de palabros y nadie habla de paro, presupuestos, educación, riqueza y cosas por el estilo, aburridas materias que no dan titulares. Mola más pegar carteles con ese Carod encendido de mesianismo llamándote a ti, amigo mío, patriota y... humano. Valientes personajillos al frente del provincianismo más ramplón. Apropiarse de banderas, lenguas y orígenes también mola cantidad, tú no eres patriota, yo sí, somos los elegidos, el resto es fascista, la libertad es así. Y casi la mitad de la población catalana a su puta bola, válgame el cristo, qué inconscientes. Pues en esas estamos, en la pelea constante, en tú me editas un deuvedé - Disco de Video Digital, atontaos- malo, malo, y yo te amenazo con demonios y conjuros, tú me quiebras el país, a ti te pone la falange y sus boinas chulas. Porque cada vez lo tengo más claro, no existe la superación de la ideología, esa bonita doctrina que, bajo mi humilde punto de vista, supone la sofisticación de la división del hombre moderno. Para qué vamos a hablar de ricos y pobres –la gran barrera de nuestro tiempo- cuando podemos acentuar, profundizar, cavar aún más nuestra posición a este lado de la trinchera. Yo soy rojo; tú, azul; él, verde limón; y tú, tontón, eres un centrista de tomo y lomo. Qué chachi, las ideologías. Eh, pero es que hay que tener unos principios, que si no a dónde íbamos a parar... Pues aquí.