miércoles, julio 18, 2012

The Sun Also Rises

Pequeños, en estos momentos de zozobra que nos embargan, no puedo más que dejarles una imagen para el recuerdo. El gran Errol Flynn junto a Ava Gardner en The Sun Also Rises, la versión cinematográfica de Fiesta, la obra que Hemingway dedicó a los sanfermines. Ah, ¿que ya han acabado? Nos importa bien poco...


jueves, junio 07, 2012

Shellac: Steve Albini o el ardor


Shellac, la banda del gran Steve Albini, irrumpió ayer noche en la nave 15 de los espacios del Matadero de Madrid. Tras su enésimo paso por el Primavera Sound de Barcelona, los de Chicago descargaron su furia minimal sin paliativos ni cuidados intensivos en un, claro, marco incomparable. Lugar ad hoc para este combo singular de chungo virtuosismo noise. Sus andanadas no duraron lo previsto, apenas hora y media de sudor punk y guitarrazos nerviosos, pues la banda se vio amenazada por la presencia de la policía previo aviso de algún vecino escandalizado por la onda expansiva. A kilómetros, al otro lado de la Calle 30, pero sí, los tamborilazos de Todd Trainer, el ritmo de marabunta de Bob Weston y los riffs de afilador de Albini debieron escucharse como un ciclón. Nunca defraudan. A alguno del público se le escapó: "pobres, primero les meten en el Primavera lleno de modernos y ahora les llaman a la policía. No van a querer volver."








 



Eso sí, el logo de Red Bull bien presente en el acto punk. Que no falte. 

lunes, mayo 28, 2012

The Afghan Whigs

Este jueves...


Deberíamos asistir trajeados al acontecimiento que supone la presencia de un grupo como The Afghan Whigs en España. Nos lo estamos pensando...




martes, mayo 22, 2012

MMMM, el mantra de la secta

Shhhh, no se me impacienten que ya estamos aquí. Necesitábamos un buen motivo y ayer lo encontramos en la primera cinta larga de Sean Durkin, una película que venía deambulando como un espectro por nuestras carteleras y que por fin cazamos al vuelo. Se llama Martha Marcy May Marlene y nos ha noqueado. MMMM, el mantra de la secta.


El caballero de la imagen no es otro que el actor John Hawkes, Patrick para sus acólitos de perturbación, miembros mixtos de una gran familia granjera en un Estados Unidos sombrío, naturalista y claustrofóbico. El mismo que en Winter's Bone empuñaba un banjo a pie de porche, ahora coge la guitarra y, sin apartar la mirada de su musa/presa, entona una melodía que décadas antes compuso y ya cantó Jackson C. Frank. Una pirueta de guión algo tramposa pero que al espectador le trae sin cuidado mientras inmóvil contempla el momento más estremecedor de la historia. Para dar de comer aparte a este Hawkes, actual especialista en clavar personajes herrumbrosos, afilados, truculentos. Menudo hillbilliy aquel llamado Lágrima, carne de caravana y hacha en las montañas de Kentucky. Menudo redneck hijo de mala madre que es este Manson del siglo XXI agazapado en los bosques del estado de Nueva York. Mejor nos caía aquel Sol Star, colega judío del tonto de Seth Bullock, aspirante a malote en las calles de Deadwood. Su look no es muy distinto en los tres papeles: perilla, higiene precaria y botas embarradas. Su mirada es lacerante y sus abultadas venas un sistema de cableado eléctrico a punto de descargar la tormenta. 

Luego está el asunto de la Olsen, visto lo visto la hermana no mongui del clan. Y la presencia de Sarah Paulson, a la que ya nos hemos acostumbrado los asiduos a la factoría HBO. Tejidos al ritmo de la película, fotografía y banda sonora cuadran el fresco del antes y el después en La Comunidad. Imágenes de factura polaroid, de enorme textura carnal y gran poder evocador, y las canciones de la América profunda, un folk severo, casi gótico al estilo 16 Horsepower, encajan en la belleza de una naturaleza desbordante que asfixia y dotan a MMMM del registro escalofriante que demanda el relato.  



Por no hablar del final. Perfecto. Naden en el lago. Corran por el bosque. Bonitas vacaciones en Connecticut, amigos. Que se lo pasen bien. 

jueves, abril 12, 2012

Pecas, pecadorrr!!

Démosle una buena estadística a quien se lo merece. Petemos el Google Analytics a la peña que sabe lo que se hace, que tiene buen gusto, que nos alegra la vida, que mueve el mundo. Demos un aplauso y un enlace a Freckled, el blog más pecoso del mundo. Porque la peca es... la peca. Porque la peca mola. Porque la peca pone. Porque la peca es total. Porque la peca es lo importante. Porque sí. Porque la peca peca. Porque la peca no es poco. Porque la peca no es pecata minuta. Porque la peca es vida. Porque la PK es de todos.

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miércoles, marzo 28, 2012

Huelga pensar...

Eh, cuidado, que les veo venir, aquí no vamos a lanzar un alegato prohuelguista. Eso es de sufridos currantes de la vida y no nos pone algo tan vulgar. A lo que nos queremos referir con un título tan brillante y tan oportuno es que, aprovechando que mañana nuestro país España se dispone a vivir con alegría una jornada de parón general y que uno vive por ley al margen de la ídem, nos solidarizaremos con la situación y Repámpanos echará el cierre -ja, cómo si no lo hiciera casi a diario- sin temor a piquetes virtuales.

Bueno, al margen de que el título del post haya colado como señuelo, les invitamos a una profunda reflexión. Atentos a las siguientes imágenes impactantes. Creemos que pueden herir sensibilidades córneas y neuronales pero maldita sea, este es un rincón de librepensamiento y todo sea por el librepensamiento. Si no conocen a esta criatura peliteñida que grácilmente se pasea por nuestro blog y por las finas arenas de la playa de Malibú, se la presentamos: responde al nombre de Courtney Stodden. Bien, señores y señoras, desde aquí  les podemos asegurar que esta dulce sirena enfundada en chicloso biquini es REAL. Por lo tanto, TODO, absolutamente TODO lo que ven sus ojos es REAL. No responde a ningún tipo de manipulación gráfica, no hay retoques en Photoshop, no hay trucos, no hay sofisticadas técnicas de alienación visual. No, ella es... así. Sus posturas, su atuendo, sus complementos... Ella es así.

Think pink! Seemingly chanelling Malibu Barbie, the teen bride opted for a pink and grey stripped bikini and pink beach accessories

Les dejamos con unos breves antecedentes antes de que puedan ustedes descansar la vista y el entendimiento, previos a una necesaria reflexión que les podrá llevar todo el día de mañana. Qué mejor manera de vivir el 29-M, nos preguntamos. Total, esta graciosa señorita resulta que no es tal sino que es señora, señora de Doug Hutchinson, un fulano que aparecía en Perdidos. Dicen que es actor. Dicen de ella que es modelo y cantante. Pero amigos todos del juicio y la sensatez, la polémica tiene casi un año de vida ya que en mayo de 2011 esta pareja contrajo matrimonio en Las Vegas bajo una dudosa combinación aleatoria de cifras. Él tenía 51 añazos.  Ella contaba entonces con... ¡16 añitos! Por favor, contemplen la instantánea nupcial... Ejem.



Así que no les costará gran trabajo hacer los cálculos necesarios hasta deducir que la diosa aprendiz de cocina vegana -como ilustra una de las fotografías de esta inenarrable sesión de posado naturalista- tiene en la actualidad... Sí, lo han adivinado. ¡¡¡17 años!!! Válganos el cielo. Qué males asolan nuestra civilización para dar a luz engendros... perdón, mujeres... perdón, bañistas.... sí, bañistas, tan... así. Ahí lo dejamos. Nos embarga una infinita desazón que procuramos haberles transmitido para que tengan un día de huelga entrañable y en familia. Cuando miren a sus hijas, piensen en Courtney. Y en sus tacones playeros.

Brushing up on her reading skills: The teenager also enjoyed a spot of reading, brushing up on her recipes with a Vegan cookbook

martes, marzo 20, 2012

Una de zombies

Necesito que alguien me fumigue la casa de zombies. Hasta octubre voy a tener que dormir con la luz encendida y una pistola bajo la almohada. Sí, amigos, estoy infectado por The Walking Dead. ¿Qué pasa?  


El pasado domingo, el final de la segunda temporada batió récords de audiencia en Estados Unidos. Ayer, la cadena Fox programó el último capítulo para España. Ya el anterior, el número doce titulado Better Angels, puso un broche de inquietud y desasosegante incertidumbre. Necesitábamos un desenlace y alguna respuesta irrenunciable. El capítulo trece, Beside the Dying Fire, ajusta nuestra ansiedad y nos prepara para un mono tiránico de casi siete meses de condena hasta que se estrenen las primeras entregas de la tercera temporada.
The Walking Dead es una serie aparentemente alimenticia, con un guión que patina demasiado a pesar de su fidelidad al cómic de origen, con algunas interpretaciones pasadas de rosca, pero no puedo sino reconocer la adicción siniestra que provoca. Ahí el objetivo funciona. Un apocalipsis zombie cuando ya parecía que el brote de fiebre por el género remitía podría parecer pastoso. Pero no puedo sino reconocer que el look, el score y el maquillaje agarran por las solapas y te cuesta zafarte. Es lo que tiene las historias de supervivencia. Muy malos tienen que ser planteamiento y técnica para que el espectador no se descubra a sí mismo buscando solución a dilemas existenciales, buscando salidas para salvar el pellejo de los caminantes y teniendo espasmos de puro miedito al desastre. El suicidio, el asesinato, la condición humana, los principios, la civilización, la esperanza... Una de zombies, al fin y al cabo.


martes, marzo 06, 2012

Un hotel, una historia

Sólo necesito una buena cama, un baño, un teléfono y un televisor para pasar el rato. 

Así pide consejo de alojamiento el agente Dale Cooper ante la perspectiva de alargar su estancia en el pueblo de los picos gemelos, en el estado Washington. Muy bien, amigos, no era difícil. Hablo de Twin Peaks y de su mejor hotel, el Gran Norte. ¿O era el Gran Hotel del Norte? Al borde de la cascada Snoqualmie, hoy pueden los fans de la serie pernoctar en sus aposentos, rehabilitados con muchos más lujos que en la versión catódica, en un estilo de nuevo lodge alpino, con todo el calor de la tradición maderera que también destila la mítica serie sacada de la masa neuronal de David Lynch. Es el hotel Salish, en realidad a media hora al este de Seattle y a la sombra de las imponentes crestas graníticas del Monte Si. Y es que Lynch sabe mucho de habitaciones de hotel. Sin ir más lejos produjo a mediados de los noventa Hotel Room, una miniserie para la HBO. 

Desde los inicios del cine, la intimidad y el misterio que encierra ese espacio por rellenar que es en realidad un hotel ha sido objeto de maquinaciones al servicio del guión y escenario de líos citando de paso la peli de los Hermanos Marx. Desde el glamour berlinés de entreguerras de Grand Hotel al motel de carretera más famoso, el de Norman Bates. Desde la delirante Four Rooms al rascacielos de un Tokio plomizo en Lost in Translation. Todos tenemos ejemplos. Algunos subyugantes.

Sin ir más lejos, ahora tenemos en cartel el más reciente. Brandon, el torturado personaje que interpreta con magnética sobriedad Michael Fassbender, suele acudir al hotel Standard de Manhattan donde canta su hermana, pirada al alimón. También acude a él para visitar sus exhibicionistas habitaciones acristaladas en compañía de sus ligues o de unas más llevaderas prostitutas. Desde la misma inauguración por el pope André Balazs de este nuevo icono neoyorquino atravesado bajo sus pilares por el High Line, y desde el estreno de Shame, la retorcida cinta de Steve McQueen a la que aludimos, más de una pareja ha jugado al folleteo voyeur en contacto con las cristaleras de suelo a techo.

A muchos nos fascina ese poder inquietante -y no hablamos de huéspedes fantasmas, que también- que puede alojarse en los pasillos, bares, saunas y suites de estos edificios desalmados, dispuestos a ser poseídos por historias anónimas que se pierden en el registro, a menudo falseado. Hoteles vanguardistas en metrópolis del siglo XXI, pensiones de mala muerte, moteles de carreteras secundarias o a pie de autopista nocturna, love hotels y hotelones de montaña perdidos en la nada, esperando a que ocurra algo, a que alguien llegue y se esconda, a que otro le siga y se encuentren, a que todo suceda dentro o a que se prepare con sigilo para lo que fuera pueda esperar. Y a ustedes, ¿también les fascina? Sólo hay que observar desde el coche si el neón anuncia vacancy rooms.



lunes, febrero 13, 2012

Hoy...

Estreno del último capítulo de la Temporada 2 de Boardwalk Empire

martes, enero 24, 2012

La clase, ¡qué clase!

Ay, la clase. Qué concepto más esquivo, más snob también, más difuso a veces, más invocado casi siempre y nulamente conseguido la mayoría del tiempo. Ejemplos: hoy me topo en el blog de Darío Manrique, Prueba de Sonido, con unas imágenes exquisitas de la estrella del momento, el orondo Kim Dotcom. De acuerdo, él nunca quiso tener clase. Ni falta que le ha hecho si ha tenido al alcance de sus lorzas zorronas exóticas, cadillacs rosas, armas de repetición, yates y jets privados. Este tío es la berza.


Claro, la clase ni se compra ni se vende. Eso suele decirse. Al mismo tiempo, abro un correo electrónico y descubro el cartel promocional de un nuevo hallazgo hotelero de la cadena mexicana Habita, un exponente ejemplar de la distinción y la elegancia más cool. Imposible no contrastar ambos mundos.