martes, septiembre 30, 2008

Hoteles boutique en México

A la espera de nuevos informes sobre el país de José Alfredo Jiménez y Pedro Infante, aquí les traigo una bonita muestra de los interesantes derroteros que México está siguiendo respecto a la evolución de su diseño y su hotelería.

Notodohoteles se lo ha currado. Esta gente sí que sabe. Pinchen la foto y vean ¡Ayayayyyyyyyy! (interjección mexicana por excelencia)

domingo, septiembre 28, 2008

La vida quita a unos y a otros, pero cómo será que parece que sólo se van los mejores.

miércoles, septiembre 24, 2008

¡Viva Quini!

Hoy a Quini le dan un homenaje en el Bernabéu.
En principio no me mola demasiado el escenario, pero qué le vamos a hacer, cualquier sitio es bueno para recordar a uno de los mejores delanteros que ha tenido nunca el fútbol español. Sus problemas de salud parece que han acelerado este reconocimiento pero, por lo menos, han servido para acercarle un poco a la gente, devolverle a la esfera pública y desempolvarlo del recuerdo en color sepia. ¿Conservan algún cromo de El Brujo? Yo sí. Y es que para mí siempre será uno de los elegidos, uno de los tipos a los que más he admirado y de esos a los que te apegas sin demasiada racionalidad, porque cuando eres un enano te gustan las cosas por narices y se acabó. Me gustó el Barça y me gustó Quini. Punto. Porque sí. Como me gustaron Marquitos Alonso o, claro, Maradona. Aunque con Maradona te dabas cuenta de la razón. Era diferente, saltaba a la vista, aún para un chaval de siete años.
Con Quini debía pasar que metía mogollón de goles –siete trofeos Pichichi son muchos goles uno detrás de otro- pero también que el tipo me caía bien. Desprendía honestidad, curro, verdad. Me acuerdo de sus cabezazos, de cómo se tiraba por los suelos para alcanzar el balón, de cómo celebraba los goles. Qué tiempos, de cuando el fútbol se mezclaba con el barro.
Ya con anterioridad hemos traído a este blog la figura de Quini, mostrando una pancarta que pedía su libertad en momentos de su secuestro, pero esta vez es diferente. Hoy vuelve al campo.

jueves, septiembre 18, 2008

Un lío: golpe al sistema

La bolsa hace crack. Los bancos se van al carajo. Los inversores van al psiquiatra.
Yo no apuesto. Estoy salvado. De momento, amiguito.

Los adalides del capitalismo llevan 19 años jactándose de que el comunismo no funcionó. Ahora, nadie sale a la palestra a excusarse porque su sistema tampoco es precisamente infalible. Tal vez no lo hacen porque en realidad el sistema se mantiene en pie, incólume, a pesar de que lo que realmente se desploma son parte de sus cimientos. El sistema nunca pierde. Menuda novedad.

Los empresarios piden al gobierno que cambie el modelo. El mundo al revés. Cuando todo marcha, los representantes del capital no quieren saber nada de controles. Que el estado ni les toque, ni les mire, ni les eche el aliento. Cuando la cosa se tuerce, entonan el “jefe, algo habrá que hacer”. Ahora se dirigen a Zapatero y le solicitan un cambio circunstancial. Zapatero les responde que cree firmemente en el modelo implantado, el de la libertad de empresa. Pues estamos apañados.

La paradoja de este bonito sistema de ecuaciones consiste en la privatización de los beneficios y en la socialización de las pérdidas. Los agentes sociales se reúnen para estudiar la peliaguda situación. Malo. Habrá recortes en gastos. ¿Para cuándo recortes en beneficios? Lo dicho, mi fajo, a buen recaudo bajo el colchón o detrás del cuadro del pasillo.

Sesión drogota: nuevo volumen de Muuu Dj Compilations

Lo estabais deseando. Se notaba en el ambiente. Tufillo de ansiedad porque vuestro pinchadiscos favorito no se ocupaba de vosotros. Soooo, que no cunda la desazón.
El alquimista se encierra en su laboratorio y ya prepara el que será el sexto volumen de la serie Muuu Dj Compilations. Su título: Freakout. Música en espiral: sesión drogota. Temas embriagadores, sonidos ondulantes, atmósferas hipnóticas, ritmos triperos. Bandas como Suicide, Happy Mondays, Velvet Underground, Spacemen 3 o Mercury Rev se agolpan para conformar una recopilación que en pocos días estará disponible en este blog. ¡No se la pierdan! No les defraudará. Ideal para darse un buen viaje.

lunes, septiembre 15, 2008

Los días mugrientos

Los fastos del 20 aniversario del sello Sub Pop sirve para recordar el nacimiento del grounge. Sí, aquel apestoso bulle bulle de melenudos pestilentes que convirtió a Seattle en la capital mundial del victimismo, la drogaina depre y los sonidos pesadotes. No puedo evitar sentir nostalgia no ya por unos ecos que ni siquiera puede notar –hablamos de 1988, yo aún escuchaba a Parchís- sino por la metralla que su explosión desperdigó durante los años venideros. Recuperar los primeros discos de Alice in Chains, de Tad o de Mother Love Bone consiste en una labor de arqueología musical, pues el carácter circunstancial de los recuerdos y de la propia esencia del género provoca pereza. Sin embargo, desempolvar a Mudhoney, Green River o Afghan Whigs no cuesta nada. Sus temas siguen sonando frescos, crudos y apetecibles, mostrando la viveza de buena parte de la banda sonora de mi vida. Pearl Jam o Soundgarden también pertenecen a este gran recopilatorio emocional, pero su sonido no ha envejecido tan bien.

Hace tiempo, la MTV sacaba su propia lista de los mejores discos de estos 20 años de historia de Sub Pop. Aquí hacemos lo propio. (Pongan “queridos discos” en vez de “mejores discos")

Mudhoney - Superfuzz Bigmuff EP (1988)
Mark Lanegan – I’ll Take Care of You (1999)

Nirvana – Bleach (1989)
Afghan Whigs – Congregation (1991)

Green River - Dry as a Bone (1986)
Radio Birdman - The Essential Radio Birdman: 1974-1978 (2001)
Supersuckers - The Sacrilicious Sounds of the Supersuckers (1996)

Dwarves - Blood Guts & Pussy (1990)

The Monkeywrench - Clean as a Broke-Dick Dog (1992)
Zen Guerrilla - Trance States in Tongues (1999)




viernes, septiembre 12, 2008

Los abdominales de José

Desayuno hoy con la noticia del día: Aznar hace todos los días 2.000 abdominales. No dos mil, sino 2.000, con número, para que así sea más flipante la cosa. Mientras mojo la rosquilla en el Cola-Cao, el estupor se apodera de mi y no son ni las diez de la mañana. Empezamos bien. ¿Qué le pasa a este hombre? Una cosa es hacer deporte y otra cosa es que un cincuentón se convierta en vigoréxico de la noche a la mañana. ¿Dónde quedó el pádel y las carreritas por Moncloa? Ahora José se deja melenón y se pone como un toro.

Como este no es un espacio obligadamente pegado a la actualidad, y porque siempre hay alguien que supera la pluma de este cronista –aunque parezca mentira y no, no hablo de ese tipo de pluma-, recupero la columna de Enric González dedicada precisamente a este tema y que fue publicada en El País el pasado 4 de septiembre. Decía así:

Aznar
Creo que José María Aznar no se lleva demasiado bien con la empresa para la que trabajo. Mi mujer no le soporta: en cuanto aparece en televisión, cambia de canal o abre un libro. Deduzco que buena parte de los lectores de este diario tampoco son devotos de Aznar. Tengo todo eso muy en cuenta. Debo confesar, sin embargo, que a mí no me dispara la úlcera. Entiendo que Aznar confundió la invasión de Irak con el desembarco en Normandía y acabó haciendo el mequetrefe en la foto de las Azores, pero también puedo entender algunas de las razones que le llevaron hasta ese disparate. Recuerdo perfectamente la manipulación posterior a los atentados del 11-M (las instrucciones a las embajadas, la condena a ETA en la ONU), pero me repugnaron los gritos de "asesino, asesino". El tipo se empecina hasta el asco en justificar sus errores, pero sé de otros ex presidentes que también lo hacen. Más que el Aznar político, ya amortizado, me interesa el personaje que ha creado. No tanto el que se creyó Felipe II en la boda de su niña, como el tipo disparatado y políticamente incorrecto que se mofa de las campañas contra la mezcla de alcohol y volante, que llega a los congresos de su partido como si llegara a la fiesta de Blas, que luce abdominales en el yate de Briatore y, en general, se pone el mundo por montera. Yo creía que un hombre de sus características (cejijunto y hermético, digamos) no resultaría exportable. Pero ahí le tienen, convertido en un "international man of mistery". Me permito hablar de esto porque ya lo ha hecho él mismo y lo han hecho televisiones, radios y digitales: ayer sentí un pinchazo de decepción cuando negó ser el padre del hijo de Rachida Dati, la ministra francesa de Justicia. Ésa sí habría sido una foto, y no la de las Azores. Desde el Tratado de los Pirineos, España estaba esperando algo así. Con todo el respeto a la familia Aznar, quizá desconcertada, deploro el desmentido. Lástima.

Lo dicho. Yo no lo hubiera expresado mejor.

martes, septiembre 09, 2008

Buen cine de mal rollo

Sidney Lumet está fatal. Nadie que sea inmensamente feliz puede parir una obra tan amarga y jodida como Antes que el diablo sepa que has muerto. Por fin pude ir a verla y salí encogido, turbado. La familia es lo que tiene, si ya lo decía yo. El octogenario director, responsable de un buen número de películas mediocres y un puñado de casi obras maestras –Doce hombres sin piedad lo es sin paliativos- irrumpe en escena cuando ya nadie dábamos un duro por él y lo hace para brindarnos su penúltima lección: los viejos pellejos saben de esto. Por cierto, un tal Mike Booth me dio hace tiempo un consejo: “toma, si alguna vez quieres hacer una película, léete este libro”. El libro en cuestión era Así se hacen las películas, de Sydney Lumet. Me lo regaló el buen chaval y no le faltaba razón. Pocos construyen narraciones tan simples y certeras como el autor de Serpico y La noche cae sobre Manhattan, aunque en su última obra elija fragmentar el discurso haciendo una concesión a la modernidad. No lo necesitaba, pero en fin.
No suele importarme la vida privada de según qué personas pero reconozco interés en la de Lumet, precisamente por descubrir en qué hondo pozo vital se haya sumido para querer afrontar la creación de un relato tan desolador. Los personajes –geniales los tres, aunque Philip Seymour Hoffman se eleva un cuerpo por encima del resto- acumulan miserias y rencores, inseguridades y mala conciencia. El sentimiento de culpa, la fatalidad de un destino tan trágico como seguro, no son temas novedosos en la filmografía de este gran tipo, pero aquí es capaz de ahogarnos un poco más si cabe en la desesperanza. Menos mal que Marisa Tomei luce palmito. ¿Saben que esta chavalita tiene ya 44 primaveras? Hace el mismo papel de siempre, pero qué quieren que les diga, la tengo aprecio y ternura. Está como un queso, vaya.
Si todavía no la han visto, vayan a ver Antes que el diablo sepa que has muerto. Le cogerán un poquito más de asco a la vida. Pero seguirán amando el cine.

lunes, septiembre 01, 2008

Entre col y col

De nuevo en casa, en los secos madriles de operación llegada. Atrás hemos dejado un viaje de esos que algunos llaman de experiencia multisensorial. Nuestro periplo por Girona comenzó en la tierra volcánica de La Garrotxa, donde Olot alberga un santuario tachado en rojo con una gran equis sobre el mapa del tesoro. Cuatro años después, por fin lo descubrimos. Les Cols no es un hotel, como mucho es la pensión más cara del mundo. Cosas de la burocracia hostelera. Encarar cada uno de sus cinco pabellones de cristal parapetados por empalizadas reflectantes supone un choque cultural. Se impone cambiar los hábitos domésticos. Y sociales. Un camastro formado por ocho tiras independientes es el único cuerpo reconocible en la no-habitación. Por la noche, toma forma de cama al estilo japonés. No hay armarios. ¿No hay? Varias falsas paredes ocultan una nevera con agua, un armario con toallas y otro con albornoz y zapatillas. Es el maletero, porque todavía no se ha inventado el equipaje invisible y la Samsonite no debe entorpecer el vacío.
Tampoco hay grifo en el lavabo, oculto tras puertas correderas opacas, pero el agua corre en la pila cuando detecta la presencia del huésped. Una ducha de cantos rodados y una poza de agua caliente hasta la madrugada completan un cuarto de baño de lo más acústico.


Sombras humanas recorren las pasarelas metálicas, al otro lado de la trinchera verde. Los aspersores riegan los churretes de lava negra, coloreada por las hojas naranjas caídas del nogal. Sale el sol, un destello. Cae la noche, un desfile de penumbras espectrales. No hay temporadas, aquí la tarifa es única todo el año. Llueve. Casi mejor. Nieva. Cielo estrellado, luna llena sobre las cabezas.

Les Cols no es sólo ejemplo de un hotel que hace las cosas distintas, sino que marca la pauta para que todos podamos hacerlas. No tenemos que vivir por norma a media luz, no tenemos que tener en nuestras casas mil y un reflejos de sofisticada arquitectura, pero sí podemos vivir nuestra cotidianeidad con más imaginación y menos complejos. Vivimos sin encontrar la total comodidad, necesitamos demasiadas cosas y no sabemos despojarnos de lo prescindible. No guardamos ningún ritual sagrado, todo lo hacemos sin consciencia y no tenemos conciencia del entorno, vivimos hacía lo estrecho y no hacia lo abierto. Todo esto y más ocupa nuestra conversación con Judit, verdadera psicóloga del zen, experta en recibir con la mejor sonrisa al despistado y ansioso viajero. Arte de la instrucción espiritual. Seguimos en un hotel. O lo que sea.

Desayunamos tumbados al borde del engawa placeres nada minimalistas. Un queso y una longaniza de Olot. Un tomate a mordiscos. Ya ni nos acordamos de los 17 platos del menú degustación de la cena de la noche anterior, servidos en varios espacios del restaurante, incluido el jardín frente a la masía originaria. ¿Me rebocé en el césped mientras engullía una tableta de chocolate acompañado de pan de coca y cava? Por si no hemos tenido bastante, Judit nos obsequia con un pic-nic playero, para después de la ruta que nos llevó al volcán Crossat. Una hogaza de pan, dos huevos duros, una ensalada verde, un puñado de ciruelas y una botella de Sinols negre.
Camino del mar, Franz, Regina y su perro Max nos reciben en su casa de Fortiá, a pocos kilómetros de Castelló D'Empúries. Risas, conciertos de jazz en un garito de la playa, cenas de fusión tailandesa en el pueblo, calas a un paso de El Bulli... Y golondrinas que pernoctan fuera de su nido en cualquier lugar del jardín. Así dan nombre al Ave de Paso, el hotelito de esta simpática pareja suiza. Jamás olvidaré su yogur casero con muesli y fruta. ¡Mil gracias a todos!