Ay, qué bien sienta una buena ración de
ondas coperas tras unas fiestas de pasión. La semana procesionaria ha pasado ya y una vez empapuzados de torrijas y sin más delito que su consiguiente indigestión, volvemos al tajo, al observatorio de catalejo y trompetilla. Sintonizamos la emisora más revolucionaria, la que alza nuestras almas e hincha nuestros alvéolos patrios y nos encontramos con un capítulo más de ese serial dedicado a las mujeres principales de Esppppppaña. Cómo nos gusta la sintonía del espacio, con ese
Dyango y su voz sentida cantando: “
dorada y reina en el interior, roja y olé, por el norte y el sur”. ¿Roja y olé? Hay qué ver, qué concesión
Fededico. Tras la coplilla, arranca una narración made in
COPE. Al otro lado de nuestro transistor –iPod o demás cacharrería en cada caso- una vocecilla como de otra época, con un tonillo de beatitud cursilona, repasa las andanzas de aquellas mozuelas que, contra viento, marea y cabrío, se arrancaron la peineta y salieron a la plaza capote en mano para desafiar a la sociedad bienpensante. Mujeres españolas por los cuatro costados en un mundo de hombres y paletismo enquistado. Es el momento más gratificante del nuevo feminismo neoliberal. Es el momento de las
Ana Botella de nuestro tiempo. Es el momento más entrañable de La Mañana.
Y la mujer escogida para el capítulo de hoy es nada más y nada menos que: ¡Margarita Landi! Personaje inclasificable que fue durante decenios la cara y la voz de la investigación del crimen en nuestro país. Cuando hablamos de nuestro país, hágase notar que aquella gran nación tenía un reverso más que oscuro, un lado tenebroso de la psiqué humana y social, que era una España negra y sombría, poblada por cafres rurales y pasiones analfabetas. Una rubiaca de armas tomar, con su pipa y su revólver, con su inquebrantable tenacidad, se lanzaba a la búsqueda de la verdad sin titubear lo más mínimo. Ja, ya me hubiera gustado presenciar un duelo entre nuestra heroína y la Jessica Fletcher. Y es que a Angela Lansbury nunca la pusieron un descapotable. Menuda era la Landi.