El alcohol ayuda, claro. Y el tabaco, al menos en mi caso. Si la reunión lo permite, me fumo hasta los muñones. Y el móvil, siempre alerta, a la que salta, operativo al máximo para echar mano de él a la menor ocasión, o sea, siempre. Las manos, siempre ocupadas. Canapé. Copa. Cigarro. Móvil. Servilleta para no convertirte en un puerco amateur a las primeras de cambio. Los corrillos hablan, te han detectado, el que no da abasto con las manos es el amateur. De poco sirve ir acompañado, que conste. Te desahogas, te ríes cuando tampoco te hace gracia nada, miras a la gente con menos disimulo, pero da igual, todo sigue siendo más o menos igual de triste y desolador. Tal vez valga el entrenamiento. Yo siento que he llegado tarde y que ni en las fuerzas especiales de cualquier embajada en las colonias británicas. Esto del cóctel es muy duro, oiga. Pero qué buena está la comida y qué pedo llevo.
miércoles, septiembre 30, 2009
Fuera de lugar
El alcohol ayuda, claro. Y el tabaco, al menos en mi caso. Si la reunión lo permite, me fumo hasta los muñones. Y el móvil, siempre alerta, a la que salta, operativo al máximo para echar mano de él a la menor ocasión, o sea, siempre. Las manos, siempre ocupadas. Canapé. Copa. Cigarro. Móvil. Servilleta para no convertirte en un puerco amateur a las primeras de cambio. Los corrillos hablan, te han detectado, el que no da abasto con las manos es el amateur. De poco sirve ir acompañado, que conste. Te desahogas, te ríes cuando tampoco te hace gracia nada, miras a la gente con menos disimulo, pero da igual, todo sigue siendo más o menos igual de triste y desolador. Tal vez valga el entrenamiento. Yo siento que he llegado tarde y que ni en las fuerzas especiales de cualquier embajada en las colonias británicas. Esto del cóctel es muy duro, oiga. Pero qué buena está la comida y qué pedo llevo.
martes, septiembre 29, 2009
Españoles y comportamientos humanos, 2ª parte
lunes, septiembre 28, 2009
Españoles y comportamientos humanos
La fuerza de una buena resaca potencia la sensibilidad y agudiza la percepción del comportamiento exhibido por el prójimo. Estoy convencido. Fue ser izado en grúa desde la piltra, aún poseído por los vapores del tequila, y disponerme a gozar de un fin de semana en el que he podido experimentar una vez más la desazón ante la presencia de seres incómodos a mi alrededor. Fue plantarme entre la marabunta del público de La Riviera que esperaba la salida al escenario de The Cult y detectar la escasa tranquilidad que me deparaba el evento. La pereza ante la horda sudorosa, gordinflona y viejuna me parecía infranqueable. Menos mal que Ian Astbury empezó a cantar y la apatía desapareció, sin por ello poder deshacerme de la legión de cachalotes alopécicos y nostálgicos que abrazados como niñas frente a un grupo coral de melifluos querubines batían sus grasientos brazacos al ritmo de She sells sanctuary , con el consiguiente peligro para mi integridad física. El concierto, bien. El público, como casi siempre, presente. Fantasías de un buen lanzallamas dirigido a diestro y siniestro se agolpan en mi cabeza al tiempo que trata de asimilar la ecuación resultante entre el concepto resaca unido al de concepto concierto de The Cult.
Al día siguiente, los madrileños, entre cuatrocientos mil y un millón –cifras que a día de hoy se han estabilizado pero que ayer se escuchaban y que es como decir, entre muchos y casi todos, o entre lo que puede ser y lo que a mí me da la gana-, se echaron a las calles felices y entusiastas para tentar a la suerte y agradecer a su alcalde los desvelos procurados durante los últimos años para hacer de su ciudad una postal virtual, un concepto mercadotécnico, una referencia, una entelequia. Desvelos que le ha llevado a dar unas cuantas vueltas al mundo pregonando, eso sí, la buena nueva de un Madrid chupi lerendi y que no por ello supone una dejación de sus funciones de primer gestor público de nuestras cosas. Total, quién iba a querer vivir estos días en una ciudad descuajeringada, insufrible, irreconocible, fea, invivible, si se me permite la expresión. Pudiendo coger la mochila y escaparse en business a predicar la palabra. Quién pudiera. Pero bueno, seguro que esto cambia en cuanto seamos los afortunados adjudicatarios de un acontecimiento que de olímpico tiene lo que los populares valencianos. Tufo corrupto del bueno. Claro, que también me fascina contemplar al rubiales de Almería al frente de todo el cotarro, con sus ricitos al viento, sus gorgoritos amordazables y sus cabriolas cruce entre un baile regional y un sucedáneo de arte marcial. Patada que te crío, bulería, bulería, viva España y a otra cosa, mariposa. Eto é increíble. O imprezionante, con zeta de presi, padre que se atreve a pasear a su prole satánica con semejante desfachatez –qué gran palabra ésta- como maniobra luciferina para desviar la mirada del impuestazo, también con zeta. Porque al fin y al cabo, que nos pongan una soga al cuello es lo de menos. Lo importante es el tipín que luzcamos en nuestro ajusticiamiento o la túnica elegida para posar con el verdugo. Si somos gordos y góticos, o siniestros o menores socialistas, nos merecemos lo peor. Hasta que nos suban los impuestos.
jueves, septiembre 24, 2009
El primer gintonic de la mañana
viernes, septiembre 18, 2009
La vida fotografiada
La madre de Annie Leibovitz
William Burroughs
miércoles, septiembre 16, 2009
Si ya lo decía yo
"Quiere ser como 'Hitler' en los rodajes, y así se comporta. Es una auténtica pesadilla trabajar con él, pero cuando le sacas del rodaje y no está en modo director, la verdad es que me gusta su personalidad porque es muy torpe, tan desesperadamente torpe", declaró Fox, refiriéndose a Bay.
No contenta con esto, también se atrevió a decir que Michael era "una persona nada sociable" y que le parecía "atractivo observarle". Al margen de las críticas al director, Megan no tuvo reparos en despreciar las dos películas de Transformers en las que ha participado -y que le han lanzado a la fama- por su pobre guión o sus efectos especiales.
La carta de la discordia
Tan harto ha acabado el equipo que trabajó en esas dos cintas de los insultos y las manías de la joven que, ni cortos ni perezosos, le han dedicado una carta a Megan que han colgado en la web de Michael Bay bajo el título 'Loyal Transformers Crew' ('El equipo leal de 'Transformers').
En ella, el equipo de rodaje se refier a Megan Fox como a una Angelina Jolie de segunda, odiada por todos por comportarse como una diva.
"Michael fue quien encontró a esta chica tímida, sin experiencia, la sacó de la oscuridad ofreciéndole el mayor despegue posible para cualquier joven actriz como ella. Le concedió el papel protagonista en Transformers, una franquicia que cambiaría su vida por completo, convirtiéndose en la chica más buscada en 'Google' del mundo".
Qué cotilla es la gente.
Luego continúan diciendo que, una vez que llegó a la cima de Hollywood, la fama se le subió a la cabeza.
"¡Por fin se hizo famosa! ¡Iba a ser la próxima Angelina Jolie! Espera un segundo... dos de nosotros trabajamos con Angelina... espera otro segundo, ello no es Angelina. Angelina es una profesional. Todo esto lo sabes de primera mano, porque sufrimos la experiencia de tener que trabajar con Megan Fox, que por cierto, es más tonta que las piedras".
Ya.
"Cuando está delante de la prensa, es la reina de sacar mierda del rodaje y de posar como una auténtica actriz porno. Y si, tuvimos el tiempo de verla intentar actuar en el rodaje y es bastante vergonzosa. Considerar la posibilidad de dedicarse al porno sería una buena opción. Sin embargo, cuidado para los encargados del maquillaje. Tiene tatuado otro párrafo en su trasero (probablemente de su terrible infancia) que asegurarán otros 45 minutos en la silla".
Dando ideas...
El equipo continuó llamándola la "gruñona del rodaje" y afirmando que no creían que supiera ni siquiera quién era Hitler.
Uy, lo que le han dicho. Miren esta foto y vean lo leída que es nuestra querida Megan.
"Megan es una chica desagradecida, sin clase, sin gracia y una antipática. Es muy triste cómo la fama puede cambiar a las personas, y más aún que sea el ídolo de chicas jóvenes. Si sólo supieran a quién admiran..."
Y dale con meterse con las chonis del mundo.
lunes, septiembre 14, 2009
Distrito Apartheid
martes, septiembre 08, 2009
La boda
miércoles, septiembre 02, 2009
El que tiene coca se equivoca: Vivantmanía!!
Luego hay más, mucho más: “Su excelencia se amilanó. Y cuando digo amilanó me refiero a Mila Ximénez.”, “¡Dios mío, yo pensaba que con aquel tipo por fin iba a entrar en los anales de la historia y en realidad iba a entrar en la historia de los anales!”… Ay, el doble sentido y el arte de los jeribeques lingüísticos no tienen secretos para ellos. Por no hablar de sus teorías universales, auténtico motor de su liderazgo: impagable su clasificación de chicas MAWs (Model-Actress-Whatever) o esta pequeña disección de uno de sus temas predilectos: “Durante los ochenta la cocaína había sido la gasolina de Hollywood. Lo tenía todo: era fantástica para romper el hielo, estimulaba la conversación y el intercambio de ideas –la mayoría absurdas, claro-, incrementaba el apetito sexual ¡y te mantenía taaaan delgado!”
Por las páginas de la tercera parte de Le Bon Vivant N.5 (La Pirámide de Visas de Adamantio) desfilan personajes como Chevy Chase, Espartaco Santoni, Krafwerk, Dennis Hopper, Don Simpson (por encima de todos, él), Robert Evans, el Sultán de Brunei, Jaime de Mora o Truman Capote, así como viejos conocidos como el modelo Fabio, Giorgio Moroder y su mini-sintetizador Moog, o el Yeyo (casi como personaje central de la historia), todos ellos ya presentados en los anteriores capítulos.
Para que no se deslicen hacía la crítica banal, también he de decir que encontramos anécdotas simpáticas expuestas con rigor y veracidad. Como la que atañe a Whoopy Goldberg en la entrega de los Oscars: “refiriéndose a las actrices nominadas a Mejor Actriz principal, comentó: “Elisabeth Shue interpreta a una prostituta en Leaving Las Vegas. Mira Sorvino interpreta a una prostituta en Poderosa Afrodita. Sharon Stone interpreta a una prostituta en Casino. ¿Se puede saber cuántas veces ha votado Charlie Sheen?” O la protagonizada por un desmejorado Dennis Hopper en uno de los muchos informes recogidos en el acalorado estudio de Caroline Waxter: “Era una noche calurosa: salió a pasear un rato y pronto se sorprendió a sí mismo caminando fuera de los límites de la ciudad, quitándose la ropa, riendo como un chiflado. Se pasó toda la noche corriendo desnudo por la selva, viendo como sangruelas se introducían bajo su piel y serpientes se enroscaban a su cuello. Recuerdo sus palabras, cómo me lo contó. “Pensé que la Tercera Guerra Mundial había estallado y salí desnudo a buscar soldados a Suramérica. Al mismo tiempo seguía las luces de una nave espacial en el cielo (…) De vez en cuando me detenía delante de un árbol y me masturbaba y me convertía en una galaxía”.
En fin, qué más puedo decir, tan sólo despedir este post brindando con uno de los cócteles acuñados por nuestros héroes, el Polonio Sunrise. ¡À la vôtre! ¡Larga vida a Le Bon Vivant!