martes, noviembre 13, 2007

Leones vs Corderos

Sin alcanzar la quintaesencia, Leones por Corderos continúa el legado de Sydney Pollack o Costa-Gavras y resiste el encontronazo con la realidad, uno de los aspectos que más me interesan pues Robert Redford demuestra arrojo al dirigir su mirada al presente y no a hechos pasados. Un paso más en la distancia con la que el cine español parece saludar al norteamericano, probablemente como un acto reflejo de una sociedad no demasiado madura para sentarse frente a la gran pantalla a presenciar una realidad ficcionada cuando se siente hastiada en su relación diaria con la realidad a secas frente a la pequeña pantalla. Aquí nos va más hacer una peli sobre Yoyes o el GAL pero a nadie se le ocurre tocar el 11-M o acontecimientos delicados de reciente impacto. El tiempo amortigua lo suyo.

El caso es que la nueva película de Robert Redford, concebida desde la progresía yanqui, enfoca tanto a unos como a otros. De hecho, se autoenfoca. Apela a los de derechas, representados por un hombre de acción –política, claro- encarnado en el papel de Tom Cruise, a desembarazarse de cobardes y mentirosos que a día de hoy lideran su partido, su país y la acción armada mundial. De hecho, el peor parado de la película aunque sea de forma velada parece ser el actual presidente de los Estados Unidos, un tipo que manda su país a la guerra pero que nunca quiso enfundarse en un uniforme cuando tuvo la oportunidad. Redford dibuja el perfil de un senador dispuesto a todo por sacar adelante la victoria en el campo de batalla, pero es también el perfil de un tipo decidido, inteligente y capaz. No un papanatas. Enfoca también a la izquierda, y apela en este caso a su dirección moral, dirigible en función de tantas y tantas cosas. La periodista interpretada por la llorona Meryl Streep descubre el conflicto interior al ser definida por el senador como una veleta, una hipócrita. Ella lo reconoce. Los republicanos siempre apoyarán la guerra. Los otros a veces sí, a veces no.

Por último, apela a cualquiera de nosotros, al espectador mismo, a rebelarse contra la inercia y la falta de decisión, a no ser cordero ni siquiera para dominar el rebaño. Siempre será mejor ser león, aunque sólo seamos uno entre tanto cordero.

Origen del título Leones por Corderos

No hay comentarios: