sábado, julio 10, 2010

Flash!!! El movimiento congelado

Efectivamente, la exposición dedicada a la obra de Harold Edgerton es todo un acontecimiento. Uno de los platos fuertes de la presente edición de PhotoEspaña no defrauda por la cantidad ni por la calidad. La emblemática sede del BBVA en el complejo madrileño de Azca acoge hasta finales de mes una retrospectiva de las fotografías más célebres del fotógrafo y científico bajo el título de Anatomía del movimiento: fotografías de Harold Edgerton. Además de sus impactantes fotos, se pueden ver algunos de sus cacharros inventados por él así como cuadernos técnicos con anotaciones de sus experimentos. Obsesionado con capturar el movimiento en todas sus dimensiones, Edgerton pasó toda su longeva existencia dándole al tarro. Retomó la inspiración de pioneros como Muybridge, se sacó de la manga la luz estroboscópica, colaboró con gente como Cousteau, participó en un documental sobre sus propios hallazgos (Más rápido que un parpadeo) que fue merecedor del Oscar en 1940 -la película se proyecta en la exposición y no tiene el más mínimo desperdicio-, murió con el resquemor de no haber logrado captar la máxima perfección geométrica de una gota o de una manzana atravesada por un balazo, dos de sus series más repetidas y famosas. Un tipo que retomó la idea de un señor como Zenón de Elea, filósofo griego de la antigüedad, que sostenía que el movimiento en realidad no existe como continuidad sino que debe entenderse como el producto de múltiples paradas en el espacio. Un movidón, vamos. Edgerton fue un revolucionario, un hombre de ciencia que cambió para siempre el concepto de un arte que en sus inicios eludía el rastro del movimiento obligado por la incapacidad material y exigiendo posados eternos, que en su desarrollo jugó con sus estelas y ráfagas y que, paradójicamente, gracias a este entrañable freak, le condenó de nuevo a la quietud, esta vez congelando su expresión más invisible al ojo humano. El instante de Cartier-Bresson adquiría así un significado de imagen resumen del antes y el después.



Por fin, 25 años después, Edgerton captaba la belleza pefecta de la corona de leche.






Fotos absolutamente pop.

Fotos sin cámara. La bala formando una punta de flecha... Increíble

Coqueteando con la energía atómica. Foto tomada a 15 kilómetros de distancia

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