viernes, noviembre 05, 2010

L.A. Punk

Nos ha costado lo nuestro. Pero Tenemos la bomba de neutrones. La historia nunca contada del punk de Los Angeles no es Por favor, mátame. Entendemos que nace como respuesta a esa biblia del punk neoyorquino, que su homónimo angelino necesitaba su reivindicación en el mundo del guitarreo, el imperdible y escupitajo, pero su lectura no nos ha imantado a sus páginas como en el caso de la obra coral que nos sumergió en las andanzas de Ramones, Thunders, Dead Boys y demás escoria. Cierto, no estamos tan apegados al sonido punk de la costa oeste, ni de coña, pero es un hecho que no hay tanta chicha, al menos en el libro. Ni carnaza sensacionalista ni grandes descubrimientos, ni anécdotas demenciales ni demasiada personalidad de unos personajes menores en comparación con los mitos de la Gran Manzana. Por el libro, escrito a cuatro manos por Marc Spitz, colaborador de la revista Spin, y Brendan Mullen, fundador del club The Masque, publicado en España también por los chicos de Munster, desfilan sobre todo Darby Crash, el líder maldito de los Germs, unas jovencísimas Runaways, los chicos de X, The Screamers o los primeros Black Flag. No falta a su cita la figura de Kim Fowley, freakazo de su época, mentor de Joan Jett, Cherie Currie y compañía, padre espiritual del movimiento punk angelino, muy a pesar de unos cuantos. Lo que nos pesa a nosotros es no poder haber disfrutado de más contenido dedicado a Social Distortion, The Zeros, Los Lobos o The Blasters, todos ellos grupos del gusto de Rempámpanos. Sí que hemos encontrado material interesante de X o Gun Club, también entre nuestras preferencias, sobre todo la que lideró Jeffrey Lee Pierce y a la que dedicaremos pronto un post como se merece.
Por otra parte, de lo más interesante del libro es comprobar la decisiva influencia de Jim Morrison en todo aquel fregao. La de Bowie también. La de Iggy Pop derivada de su asimilación de las maneras del cantante de The Doors.

Nuestro recurrente viaje californiano este verano pasado nos dio para plantarnos en la puerta del Viper Room o del Whisky A Go-Go, olisquear un poco en el Boulevard y pasear por Venice Beach, pero poco más, no lo suficiente como para tatuarnos el icono del Damaged en la frente. Tras el punk guarro y amateur llegó el hardcore y el rollo skater. Pero esa es otra historia.



3 comentarios:

Dario dijo...

Una bonita galería de imágenes de cali-punkis:
http://www.spin.com/gallery/beautiful-damned-punk-invades-la?utm_source=SPIN+Media&utm_campaign=c90842da85-11_22_10_Newsletter&utm_medium=email

Dario dijo...

No sé si ese enlce funciona... A ver este:
http://www.spin.com/gallery/beautiful-damned-punk-invades-la?page=1#main

El turista dijo...

Genial!! Aunque las fotos de Summa son demasiado bonitas y pulcras. Faltan excrementos. Por ejemplo, ahora mismo me voy a ver la expo de Vanity Fair en la Ivory Press y, claro, debería haber más contraste entre Exene y Carole Lombard...