martes, enero 13, 2009

Los tópicos

Hay que ver... Nos hemos cansado de constatar que Woody Allen era un genio incomprendido en su país mientras era adorado en Europa, y cuando va y hace una peli en España nos hacemos los ofendidos porque el tipo se pasa el rigor por el forro y se dedica a plasmar un puñado de tópicos sin demasiada profundidad de campo. Y claro, como era de esperar, es su peli más aclamada en Estados Unidos y hasta la premian en los Globos de Oro. ¿A quién le extraña? El cine de Allen siempre ha sido una colección de tópicos, sumados eso sí a sobresalientes dosis de humor negro, verborrea insaciable, crítica social, capacidad para montar escenitas delirantes y gestualidad descacharrante. Pero eran tópicos yankis. Incluso cuando mudó su caravana de rodaje a Londres eran tópicos extranjeros, ingleses. ¿O acaso no se ha dedicado desde siempre a retratar a la clase media-alta neoyorquina barajando cuatro rasgos comunes? Si antes parodiaba el psicoanálisis, el cine o el panorama teatral, luego pasó a ridiculizar la high class londinense con sus clubs de tenis, sus mansiones con chimenea y sus flemáticos paseos a caballo, para acabar ahora sacando punta a los viva la virgen cañís, hombres de pelo en pecho que beben vino hasta en el desayuno y tocan flamenquito por las noches. Y hará lo mismo si le ponen la alfombra roja en Francia, Eslovenia o en las quimbambas. ¿Woody Allen y rigor? No me hagan reír. Hitchcock no tenía ninguno y ya nadie osa dudar de su maestría. ¿Qué tendrá que ver el rigor con el cine? Lo justo, creo. ¿Por qué? Porque lo que el espectador tiene que creerse es aquello en lo que el director pone más énfasis. Los macguffins de turno son solo eso, excusas, recursos, truquitos para salir del paso. Lo que a los españoles nos ha molestado de la última película de Allen no es que construya la historia a base de tópicos sino que los tópicos sean nuestros. Si hubieran sido congoleños nos hubiéramos partido. O no. Porque ahí debería incidir la crítica a Vicky… Determinar si al bueno de Alvy se le está acabando el sentido del humor. Y eso sería trágico.

Por cierto, ya queda menos para The Road, la peli de John Hillcoat basada en la novela homónima de Cormac McCarthy, protagoniza por Viggo Mortensen, iluminada por Javier Aguirresarobe y con música de Nick Cave.

No hay comentarios: