lunes, marzo 02, 2009

Reflexones sobre el arte. Y van...

Este es un blog de preguntas, incógnitas y mucha insustancialidad. Respuestas, casi ninguna. Por eso, la visita a la exposición de Murakami y la próxima cita con Francis Bacon en El Prado, así como los vapores etílicos de una noche animada, mueven a una catarata de divagaciones respecto de uno de nuestros temas favoritos: el arte, el Arte con mayúsculas, el arte del populacho, el arte individual, la belleza.
Preguntas desordenadas e inconexas:
¿Tiene más mérito una obra consagrada en las enciclopedias que una de consumo masivo, una obra basura?, ¿es menos admirable una obra industrial que una artesanal?, ¿es Rita Hayworth una obra de arte?, ¿tuvo por ello Rita algún mérito?, ¿fue ella una artista por ese motivo?, ¿tuvo menos méritos por haberse sometido a múltiples arreglos y operaciones?, ¿la belleza máxima sale de la naturaleza misma o puede verse superada por la belleza artificial?, ¿fue Francis Bacon un artista y por ello Murakami no?, ¿es conveniente separar a la obra del artista, como se plantea Oscar Wilde en El Cuadro de Dorian Gray?
Cuando alguien dice "es que eso no es arte", hay quien responde "¿y qué?". Una sugerencia: a veces es mejor contestar "¡mejor!"

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