martes, octubre 27, 2009

En el centro del mundo

Ya estamos de vuelta. Merhaba a todos. Cuando contemplo con ansiedad el resultado del nuevo icono hotelero de la Ciudad Condal, el W Barcelona -de la filial de lujo adscrita a la cadena Starwood-, recién inaugurado y objeto de polémica por su impactante volumen al borde del mar, recuerdo una de las cosas que se me han quedado en el tintero de nuestro reciente viaje a Estambul: precisamente visitar el ejemplar de esta cadena en la ciudad otomana. Aunque nada que ver con el epatante diseño en forma de vela obra de Ricardo Bofill exhibido en Barcelona, siempre es un aliciente sumergirse en uno de estos hoteles. Su situación en un barrio residencial, alejado del barullo, de los bazares, del centro histórico, nos hizo imposible su visita. Otra vez será.
Para recrear nuestra memoria quedan los paseos por Balat, los niños correteando por las empinadas cuestas, la visión desde Asia del cielo encendido sobre Europa, los minaretes recortados por el sol, el atardecer desde la Torre Gálata, el olor a pescado del barrio armenio de pescadores de Kumkapi, la neblina nocturna como sacada del Londres antiguo de las calles desiertas de la zona de la Universidad, los hotelitos boutique de la parte baja de Sultanahmet, las chicas con pañuelos en la cabeza y Converse All Stars, mi cuerpo serrano tomando forma de kebab...

Como se lee: Hotel Martínez. Esto también es Estambul.

Cine turco de amor y sentimientos

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