jueves, octubre 08, 2009

Semana de la Arquitectura: 3ª y 4ª jornada

Seguimos ruta dentro de la Semana de la Arquitectura. Si bien cerramos la segunda jornada asistiendo a la proyección del documental Apuntes de Frank Gehry, ayer nos tuvimos que conformar con jurar en arameo tras el plantón sufrido, en nuestra propia casa (¡en Moratalaz!), por parte de la organización al suspender la visita al edificio de las viviendas del Ruedo. Errores garrafales producto de la improvisación aparte, como también el de incluir en el programa visitas a edificios que logísticamente son imposibles de ser visitados (error este que podían haber subsanado desde el año pasado, pero que no, no aprenden), iniciamos la cuarta jornada, dedicada a la accesibilidad a los espacios de uso público, acudiendo a la cita con varios hoteles de la cadena Confortel, ejemplos de cómo integrar elementos que permiten la accesibilidad completa a personas con discapacidad sin por ello restar un ápice de diseño colorista y confortable. Al contrario, logran que el diseño esté vinculado directamente a las medidas impuestas para esa total adaptabilidad, haciendo a su vez que el huésped no se sienta en un hospital camuflado sino en un hotel vanguardista. Por último, cerraremos la jornada con una visita a la famosa Caja Mágica, una pieza casi convertida en reliquia por lo que se empieza a augurar como un desaprovechamiento manifiesto producto del fiasco olímpico y de la negativa también de los tenistas a que Madrid sea sede de eliminatorias de Copa Davis.



Repámpanos estuvo allí, en el Ruedo moratalazí. ¿Será que no se atreven los del ayuntamiento a que los pipiolos estudiantes de arquitectura, encargados de guiar al personal, se internen en semejante espacio marginal ante la amenaza gitana, la tensión del ambiente y las miradas desafiantes de niños de cinco años?




Más allá del valor de la peli del maestro Sydney Pollack, en sí misma por ser la última del director antes de morir y en su esencia por acercarse con ingenuidad a la trayectoria de su amigo Frank Gehry, y que sobre todo resulta interesante por la expresividad de los materiales utilizados por el arquitecto, por el nostálgico poder de las manos a la hora de pergeñar ideas, por el axioma que identifica como pecado cualquier forma de decoración ornamental y, en general, por la idea de que este hombre supo romper las estrictas normas establecidas de una disciplina tan hermética como la de la arquitectura, la figura de este freak-arquitecto da incluso para que Los Simpsons se fijen en él y den buena cuenta de él. Delicioso documento que no hemos podido recuperar más que en formato argentino.

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