domingo, marzo 18, 2007

ÁTOMO RUMBERO (Arde Pamplona, y no lo digo por el PP)

Lo de este viernes pasado en la madrileña sala En Sol fue cita obligada. Los Caballitos de Dusseldorf, de Murky y Olaf, y la presentación en la capital del último trabajo de Atom Rhumba, tras un porrón de tiempo sin aparecer por aquí. Casi ná. A los primeros no les llegué a ver debido a la escasísima duración de su show doo rag y a la insufrible agenda social del colega que me acompañaba. Otra vez será, chatos.

Sí llegué con margen para tomar posiciones frente al escenario donde los átomos pamplonicas descargaron su arsenal de infeccioso funky. Funky guarro y bailón. Y, pese a la tocada voz de Rober y a las malas sensaciones descritas por Iñigo Firehead en el cuarto de baño de un antrazo cercano, mi visión del concierto fue ajustada a los cánones de su idiosincrásico directo: soul sudoroso, ritmos frenéticos, poses chulescas, frescura norteña, funk retozón y contagiosas dosis de buen rollo. Su nuevo Amateur Universes sonó contundente, el saxo tenor de Joe rugió hasta recordar la hipnosis que producía el de Dana Colley de Morphine, Iñigo agitó las maracas ceñidas a su pelvis y la banda se lo pasó tan bien como un público que empezó frío.

Decir que Atom Rhumba es de lo mejorcito de este país comienza a ser un eufemismo hasta irritable.

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