martes, noviembre 24, 2009

Alabado sea el Señor

Antes de que incluya una reseña de mi última escapada otoñal, con el Maestrazgo como paisaje protagonista, quiero destacar algo que se me ha ido pasando y que tenía en el tintero desde hace tiempo. Se trata de la distinción que la revista Wallpaper hizo el año pasado de la parroquia de Santa Mónica, en Rivas Vaciamadrid, como "mejor diseño de iglesia 2008". Sí, ya ha llovido, lo sé. Pero el recordatorio ha surgido ojeando las páginas del nuevo número de Arquitectura y Diseño. El caso es que nunca es tarde para alabar esta obra de Ignacio Vicens y José Antonio Ramos protagonizada por el acero cortén y por su rupturista diseño geométrico. Un enorme contenedor mutante y oxidado más propio de un territorio post-apocalíptico que de un barrio residencial de chalés con piscina. Así es Rivas, un lugar cuanto menos curioso, un municipio poco católico que encierra el oficio en un monstruo de Mad Max.

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