Han pasado horas y todavía fantaseo con el mundo y la historia de Benjamin Button. El saludable ejercicio de consumir cine atemporal sigue haciendo su efecto. No sé si el mismo que cuando vimos por primera vez La historia interminable, o Forrest Gump, o aquellas películas que ustedes aún mantengan en la retina desde su infancia, adolescencia, juventud. Lo cierto es que El curioso caso de Benjamin Button bien vale tres horas de imaginación y fantasía.
Crítica de Jordi Costa en El País
miércoles, febrero 11, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario