lunes, junio 30, 2008
Todo bien
La cosa pintaba rara. Todo iba como la seda. El mal fario se disipaba. Mirar un partido y estar convencido de que se va a ganar. Qué extraña sensación. En mi mundo, que es el mundo del pesimismo o del optimista bien informado, afrontar una situación así resulta algo inédito. Un movidón, vamos. El quejas se transforma en el que insufla confianza y arenga para mantener la fe. La fe, qué cosas. Cosas de otras cosas. Y van y ganan. Y sale hasta Arconada. Y vuelves a ser niño. Y hasta te emocionas. Y te emborrachas. Y al día siguiente, en mitad del lunes, la resaca te desconcierta y tardas un rato en acordarte de qué va la historia. Y, claro, vuelves a flipar. Porque no es el día del alzamiento nacional, no. Sólo es fútbol. Todo es fútbol. Del todo mal al todo bien.
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